。⁠・⁠/⁠/ Capitulo 5 //⁠・⁠。

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—Tic Tac, el tiempo se escapa —susurró la voz tenebrosa.

—¿Qué está sucediendo? —pregunté, inquieto.

—Permítanme explicarles: donde sea que se encuentren, estarán rodeados de agua. Cuanto más pase el tiempo, más rápido se acercará su final.

Al principio creímos que era una ilusión, pero la realidad nos golpeó con contundencia y el nivel del agua subía sin compasión.

—¡No quiero morir! —gritó Thalía con temor en sus ojos.

—Todo lo que tenemos que hacer es entrar —recordó Arletis con determinación.

—Decirlo es fácil —respondí—, pero la verdad es que correremos el riesgo de ser atrapados.

—Las opciones son escasas: o nos hundimos o entramos —añadió Cinthia con tono decidido.

—De acuerdo, pero no olviden que no estoy de acuerdo con esto —repliqué.

El agua, implacable, seguía su ascenso. Sin dudar, comenzamos a escalar las escaleras hasta detenernos ante la puerta de la habitación.

—¿Y ahora qué hacemos? —preguntó Greicicc, visiblemente inquieta.

—Ahora deben entrar; hay una sorpresa esperándolos —anunció la voz misteriosa.

—Ya quedó claro que no tenemos más remedio que hacerlo —insistí, mientras la tensión en el aire crecía—. La puerta está bien cerrada —anuncié con una mezcla de frustración y curiosidad.

—¿Y quién tiene la llave? —preguntó Liety, con los ojos abiertos como platos.

—Yo puedo abrirla —intervino Miguel con confianza.

—¿Y cómo piensas hacerlo? —replicó Greicicc, arqueando una ceja.

—Un momento —sugirió Marcos, mientras empezaba a desabrochar su camisa.

—Estamos en una situación un tanto extraña, ¿en serio te vas a poner en modo estrella del cine para adultos? —se le escapó a Liety.

—Si te callas un segundo, podría ser feliz —respondió Marcos, apretando su camisa en el puño derecho y dirigiéndose a una misteriosa caja de cristal que aguardaba en la base de las escaleras. Y en un arrebato de determinación, desató el hacha que llevaba guardada en su interior.

—¿Acaso te volviste loco? —preguntó Arletis, con una mezcla de incredulidad y sorpresa.

—¿Listos para la acción? —preguntó Miguel, alzando el hacha con determinación hacia el candado de la habitación.

—¡Espera un momento! ¿Han reflexionado sobre lo que podría haber en ese lugar? —exclamó Cinthia, con los ojos brillando de curiosidad.

—Eso realmente no me preocupa, —respondió Liri con determinación—, prefiero arriesgarme a vivir que quedarme aquí paralizada.

Fue justo en ese instante cuando Miguel se preparó para golpear al candado de la puerta, pero fue interrumpido cuando
un centinela enciende su linterna, lanzando destellos de luz que dibujan sombras danzantes en la penumbra.

—¿Quién está presente? —inquirió el guardia, con firmeza en su voz.

—Nos han descubierto —murmuró Arletis, nerviosa.

—Silencio —replicó Marcos con autoritaria calma.

—¿Hay alguien? Por favor, salga de las sombras —clamó el guardia, con tono ahora más súplice.

—¿Qué hacemos ahora? —pregunté, sintiendo la tensión en el aire.

—Tengo un plan —respondió Liety, iluminándose su mirada—. Abandonamos  todo eso  y abramos una de las ventanas para dejarnos llevar al comedor —dijo mi amiga, con una expresión de nerviosismo.

Escuela Sangrienta [ En remodelación ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora