〃゚ Capitulo 6 ゚⁠〃

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Cuenta Cristian.

De repente, un estruendo rompió el silencio: ¡pum!
Al voltear la mirada, un grito colectivo resonó en el aire.

—¿Qué demonios es eso? —preguntó Liety, con ojos desorbitados.

—¿No te das cuenta? ¡Es solo una caja! —se burló Marcos, casi con una sonrisa provocadora.

—¿Todo este alboroto por una simple caja? —se lamentó Liriannis, con un tono de decepción en su voz.

—Bueno, ya hemos visto lo que había. ¿Qué les parece si nos marchamos? —propuso Cinthia, moviendo la mano con impaciencia.

—¿Y ustedes creen que pueden irse tan fácil? —interrogó la voz misteriosa, llena de sarcasmo.

—¡Eres un fastidio! ¿No te cansas de aparecer de la nada? —exclamó Thalía, claramente irritada.

—Finalmente, pensé que jamás cruzarían el umbral —replicó la voz, mostrando su frustración.

—¿De verdad querías que entráramos aquí solo por una simple caja? —cuestionó Arleti, con incredulidad.

—No es una simple caja —insistió la enigmática voz, haciendo eco en la habitación.

—Vamos, salgamos de este lugar —anunció Miguel, decidido.

—Estoy de acuerdo, vámonos ya —commandé con firmeza.

Al abrir la puerta y dar el primer paso al pasillo, Miguel casi pierde el equilibrio, creando una situación que sorprendió a todos.
Con un golpe seco, cerró la puerta detrás de él.

—Es un abismo oscuro, solo hay tinieblas bajo nuestros pies —dijo Miguel, su voz impregnada de inquietud.

—Vayamos por la ventana —propuso Liriannis, su mirada fija en la salida.

Me acerqué a una de ellas y al correr la cortina, me invadió la sensación de estar atrapados en una especie de inframundo, donde nada era visible.

—¿A dónde creen que van? Ahora deben jugar —interrumpió la voz resonante.

—Es solo una ilusión pasajera —replicó Cinthia, aunque su voz temblaba.

—No es una ilusión. Si intentan escapar, encontrarán la muerte —advirtió la voz ominosa.

Abrí la puerta nuevamente, pero esta vez se cerró con tal fuerza que casi me saca de los nervios.

—¡He dicho que ahora deben jugar! —bramó la voz, furiosa.

—¿Pero jugar a qué? —preguntó Thalía, su voz llena de confusión.

—Echen un vistazo dentro de la caja — nos instó la voz envuelta en misterio.

Nos pusimos en movimiento y la rodeamos.

—Cristian, ¿por qué no la abres tú? — preguntó Miguel.

Colocando mi mano sobre la caja, me preparé para abrirla, pero justo en ese instante, Marcos se adelantó.

—Voy a sacarlo —anunció finalmente, extrayendo lentamente un pequeño objeto brillante de la caja—. Tiene una apariencia de tabla.

Por un momento, mis pensamientos se sumergieron en el misterioso libro que había leído ase día, en el cual se afirmaba que un espíritu habitaba en un tablero.
Además, afirmaba que en una de sus caras tenía una pequeña manivela, convirtiéndose así en una especie de caja de sorpresas

—Qué emoción, parece una caja de regalos —dijo Liri con alegría.

—¡No puede ser! —exclamé sorprendido. —Murmuré retrocediendo unos pasos.

Escuela Sangrienta [ En remodelación ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora