Narra Cristian.El timbre resonó a las 12:00 PM, marcando el instante perfecto para abandonar el aula y lanzarse a la aventura del día. La tarde avanzaba y todos comenzaron a salir, dejando solo a Liety, Greicicc, Geisi y a mí.
Decidí tomar la mano de Liety y salir del salón, pero justo cuando iba a cruzar la puerta la #10 apareció a mi lado y susurró: “Te reconocí”.En ese instante, el mundo se detuvo y quedé paralizado. Después de lo que pareció una eternidad, logré reaccionar y empecé a avanzar, pero me sentía como si estuviera en otra dimensión.
—¿Cristian, todo bien? —me preguntó Liety, con cierta preocupación—. ¿En qué estás pensando?
—¿Eh? Perdona, ¿qué decías?
—¿En serio? Olvídalo.
Siguiendo esa conversación, entramos al comedor, que resplandecía de belleza. Avanzamos en fila, como si fuéramos un grupo de exploradores. Al llegar, seleccionamos nuestras bandejas, deslumbrados por la abundancia de opciones que se nos ofrecían.
Era un festín de variedades, cada una más tentadora que la anterior. Cada uno elegía lo que le apetecía.Mi mejor amiga y yo compartíamos una mesa en soledad, disfrutando de nuestra compañía, cuando de repente Geisi se acercó con una sonrisa.
—¿Puedo unirme a ustedes? —preguntó.
—Por supuesto —respondió mi amiga con entusiasmo.
—¿Y tú qué opinas? —me cuestionó Geisi, con su mirada tan helada como el hielo.
Al oír sus palabras, casi me atraganto con un trozo de carne. En ese instante, Geisi tomó un vaso de agua para ofrecerme, pero terminó volcando el contenido sobre mí.
Sin pensarlo, di un salto hacia atrás, me levanté y salí corriendo como un rayo.—¡Cristian, espera! —gritó Liety.
—Tranquila, yo me encargaré.
Cuando salí disparado del comedor, sentí las miradas curiosas de todos mis compañeros posándose sobre mí, como si fuera protagonista de una escena inesperada.
—¡Espera, por favor! —grita Geisi, pero yo ya estoy en plena carrera, ignorando su llamada.
Para poner distancia entre nosotros, me deslicé rápidamente dentro del baño de los chicos, buscando refugio en ese lugar inesperado. Me aposté tras la puerta, intentando mantener a raya su presencia.
—Escucha, Fabián, solo busco que todo siga en calma.
—¿Podrías darme un poco de espacio? Te lo ruego.
—¿Qué dijiste? No soy responsable de que estuvieras vigilando mis movimientos.
—No estaba espiándote, simplemente pasé y te vi.
—Y si no me estabas espiando, ¿por qué saliste corriendo?
—Solo fueron los nervios.
—Como digas.
La escuché alejarse, y un enorme alivio me invadió. Fui hacia el lavamanos para refrescarme un poco la cara. Pero al levantar la vista y encontrarme con mi reflejo en el espejo, ahí estaba ella de nuevo.
—Hola otra vez.
—¡Pero qué demonios! ¿Estás loca o qué te pasa?
Intenté salir, pero ella me retuvo.
—Si te encuentran aquí, te pueden castigar.
—Me importa un comino.
Intenté marcharme otra vez, pero ella me agarró la muñeca, dobló mi brazo y me empujó contra la pared, dejándome cara a cara con el espejo.
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Escuela Sangrienta [ En remodelación ]
Mystère / ThrillerEn una de las más renombradas instituciones educativas de Nueva Jersey, un intrépido grupo de amigos se lanza a vivir aventuras inesperadas, siempre listos para adentrarse en el mundo de lo absurdo. Al cruzar el umbral de un área considerada tabú, n...