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Me encontraba más sedada que lúcida, envuelta en una bruma espesa provocada por todas las pastillas que había tomado solo para poder levantarme de la cama hace unas horas. Antihistamínicos, relajantes musculares, un ibuprofeno por si acaso... todo lo que me diera la mínima excusa para moverme sin romperme en el intento.

A pesar de eso —o tal vez precisamente por eso—, había logrado grabar todo lo que teníamos planeado con Young Jin-sunbaenim. Ni siquiera recordaba cuántas tomas habíamos hecho. Solo sabía que, en algún punto, dejé de pensar y empecé a cantar por reflejo, como si mi cuerpo supiera lo que tenía que hacer incluso cuando mi mente flotaba lejos.

Young Jin no hablaba mucho. Apenas movía la cabeza, asintiendo en silencio mientras escuchábamos la última toma en la cabina de control. Su perfil serio se mantenía casi inmóvil, pero sus ojos estaban fijos en la pantalla del programa, siguiéndolo como si pudiera leer cada nota antes de que sonara. Cuando la canción terminó, él giró ligeramente en su silla y me miró de reojo.

—Buena toma —dijo, sin adornos, pero con un dejo de satisfacción en la voz.

No era fácil complacerlo, lo sabía. Y aunque por fuera solo me limité a asentir, por dentro sentí que se me aflojaba algo en el pecho.

—Esta irá al álbum —confirmó él, sin apartar la vista de la pantalla, mientras hacía algunos ajustes en el ecualizador.

—Bien, ahora solo faltan cinco canciones, entre ellas la principal y el MV —escuché decir a Nara desde la puerta. Estaba recostada con los brazos cruzados, sosteniendo su teléfono contra la cadera.

—Hoy vendrá Jooheon para grabar su rap en "Red Queen" —le informé, girándome lentamente en la silla para verla mejor. El movimiento me hizo crujir el cuello. Sonreí apenas—. Avanzamos mucho hoy, ¿no es cierto? —agregué, buscando con la mirada el rostro de Young Jin

El levantó una ceja con sutileza, mirando primero a Nara, luego a mí. El silencio se estiró un segundo más de lo necesario.

—Mucho para alguien que está medio dormida de pie —comentó al fin, con ese tono seco que lo caracterizaba. Sus ojos se suavizaron un poco—. Pero sí. Buen trabajo hoy.

—Iré a buscar algo para comer —fue lo único que dijo Nara antes de desaparecer por la puerta, sin siquiera mirarnos.

Miré el reloj. 15:26.
Había llegado a las 9.

Había pasado el horario del desayuno. Y también el del almuerzo. Mi estómago no protestaba, o si lo hacía, yo no lo sentía.

—Está más amargada de lo normal —comentó mi sunbaenim con una mueca, como si acabara de probar algo demasiado ácido.

—Solo estamos atrasados con el álbum, hay que saber entenderla —dije en un tono más comprensivo, aunque no pude evitar suspirar al final. Ella depende de mí, al fin de cuentas... y yo dependo de que todo esto funcione.

—Si tú lo dices —murmuró él, encogiéndose de hombros justo en el momento en que se abrió la puerta otra vez.

Lucas entró, sin previo aviso ni precaución, abriendo la puerta de golpe, asustandonos tanto a mi como Young Jin.

—Niño, deberías aprender a tocar la puerta —le dijo Young Jin, rodando los ojos, aunque sin mucha molestia.

—¡Pero si ella fue la que le pidió que venga! —me acusó Lucas, señalándome

—En serio no tienes lealtad —le dije, cruzándome de brazos, sintiendo la mirada acusadora de Young Jin en mí.

—Vamos a escucharla —pidió Lucas, ya emocionado, empujándome suavemente fuera de mi silla giratoria para sentarse el frente a los controles. 

Solo una Idol |Suga|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora