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No pude pegar un ojo en toda la noche, por el simple hecho de estar pensando en esa reunión y en los posibles resultados.

Y cuando Nara pasó por mi a las seis y media para llevarme a mis clases de pilates no estaba con el mejor humor posible.

— ¿Tengo que programar una nueva cita con el psicólogo? dijiste que dejarías de ir hasta que tengas un comeback.

— Aún no lo tengo — di un sorbo al café que tenía en la mano.

— Sonmin, es mi responsabilidad tu salud y si tu insomnio está volviendo, tengo que encargarme de ello.

— No estoy de humor para retomar esta conversación, por favor unnie, déjelo asi y más adelante lo solucionamos — pedí.

Fueron dos horas de pilates, me detuvieron cuando pensaron que ya era suficiente por el día, dijeron que ya había pagado lo que había cenado la noche anterior. Para la hora del almuerzo fue Nara quien se encargó de conseguir algo para mi, me dejó en mi departamento diciéndome que vendría dentro de dos horas para ir a BigHit.

Llamé a Lucas para avisarle que iría, el estaba en SM por unos ensayos, así que sólo pudimos hablar por unos pocos segundos.

Necesite de una ducha helada para relajar los músculos y calmar los nervios.

— ¿Qué me pongo? — me dije mientras revolvía todo el guardarropa.

¿Algo formal? Podría pensar que soy aburrida.
¿Algo informal? Nada profesional.
¿Algo colorido? Sería una infantil.
¿Un traje? No tenía ni 25 años.

Estaba tan nerviosa que todo lo que tomaba se caía de mis manos.

— Bien, no puedo hacer más que esto — dije mientras me miraba en el espejo arreglando por último mi cabello

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— Bien, no puedo hacer más que esto — dije mientras me miraba en el espejo arreglando por último mi cabello.

Mi celular me notificó una llamada perdida de Nara, significa solo una cosa: baja, ya estoy aquí y no estamos para esperarte.

Casi corriendo llegué al vehículo.

— Dime que tienes todo — me dijo ella ni bien me vio, de paso me entrego el americano que le había pedido.

— Celular, billetera, una goma de mascar para el mal aliento y ¿Qué más necesitas? — pregunté mirándola con una sonrisa, claramente ella no — sisi, traje mi cuaderno — se lo entregué — ¿dices que le gustará alguna?

— Eres buena compositora, tengo fe en ti.

[...]

— Pueden esperar aquí — nos dijo la recepcionista abriendo una de las puerta de lo que parecía ser un lugar solo para reuniones.

— Nos hacen esperar, esto es interesante — a Nara no le gustaba que la pongan en espera, según dice las horas del día son muy pocas como para perderlas de esa forma.

Solo una Idol |Suga|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora