Junio

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Mi nombre es Emma y quiero contarles una historia. Tenia 17 años, cuando lo vi por primera vez;  mido 1.60 metros, tengo la piel clara, ojos color café y cabello castaño oscuro con ondas. Soy una persona introvertida y tímida. Me cuesta relacionarme con las personas, tengo pocas amigas. Son las mejores del mundo, me siento más cómoda al utilizar ropa suelta, no me gusta mostrar mi cuerpo. Me avergüenza la forma de él. Ya que soy demasiado delgada.

El 28 de junio, para ser exactos, fue cuando lo conocí…

Ese día me estaba preparando para la fiesta de cumpleaños número 18 de mi mejor amigo Axel. Nos conocemos desde los catorce años y tenemos una amistad hermosa, y profunda, pero él no sabe que estoy profundamente enamorada de él. Era perfecto ante mis ojos. Para él, siempre he sido su mejor amiga, su hermana del alma. Es un chico hermoso, con cabello negro, ojos color café, mide aproximadamente 1.70 metros, ama el deporte, tiene un cuerpo atlético, además de un talento innato para la guitarra y la composición de canciones. Para él, siempre he sido su confidente, su compañera inseparable, aunque en secreto, mi corazón late a mil cada vez que pienso en él.

Sin embargo, entre Axel y yo hay un obstáculo: su novia, clara, que es cuatro años menor que él, es más joven que él. Ella tiene un hermoso cabello negro, ojos verdes esmeralda y mide aproximadamente 1.50 metros

Esa noche, la fiesta de Axel era la más importante. El ambiente estaba cargado de emociones mientras nos preparábamos para un evento que iba a ser inolvidable, ya que debíamos estar en la fiesta a las 21:30.

Eran las 19:00 cuando llegaron María y su hermana Emily.

Tocaron la puerta de casa tres veces, toc toc

Estaba en mi cuarto escuchando "Moments" de One Direction, la mejor boy band del mundo. Abrí la puerta emocionada y ahí estaban ellas.

- ¡Hola, amigas! ¿Cómo están?—pregunté mientras las abrazaba con cariño

—Bien respondieron, uníoslo.

María, siempre tan segura de sí misma, tomó la iniciativa:

-Es hora de alistarnos para la fiesta -dijo María.

-Oh, sí, estoy súper emocionada -dije yo.

-Vas a deslumbrar a Axel, quedará completamente enamorado de ti, ya verás -dijo Emily.

-Claro que sí -respondí.

Nos pusimos manos a la obra para prepararnos. Opté por un conjunto que me hiciera sentir cómoda y a la vez especial: una calza engomada, un suéter blanco y negro que resaltaba mi figura, y un sobre todo blanco para completar el look. Mis ondas naturales caían con gracia sobre mis hombros, y con un toque de maquillaje suave realcé mis ojos cafés y mis labios con un rosa delicado.

María, con su estilo único, eligió un conjunto casual: jeans azules, una remera rosa que resaltaba su tez morena y su cabello oscuro recogido con gracia. Emily, siempre elegante, combinó una camisa blanca y negra con jeans ajustados y unas botas que realzaban su altura y sus ojos verdes.

A las 21:00 en punto, salimos de casa rumbo a la fiesta, caminando con la expectativa de una noche llena de música, risas y quizás, quién sabe, un poco de magia.

Llegamos al lugar y ahí estaba Axel, con su novia clara, esperándonos en la puerta de su casa. Él la besaba lentamente, acariciando su mejilla. Al verlos, sentí que mi corazón se paralizó y mis ojos se llenaron de lágrimas, pero no podía mostrar mis sentimientos ni permitirme llorar. En ese momento, dejaron de besarse y se volvieron hacia nosotras. Se acercaron…

—Hola —dije.

—Hola, saludaron todos al unísono, mientras bebían vodka con Speed. Uno de ellos me ofreció un poco de su trago.

Su nombre era Juan Pablo, y pronto nos presentaron. Entre risas y brindis, compartimos algunos momentos mientras él y sus amigos disfrutaban de la noche con vodka y energizante.

El chico de ojos verdes no dejaba de mirarme, ni yo a él. Tenía una mirada electrizante. No se quedó mucho tiempo, su vaso se vació y supongo que fue por más. Me dedicó una pequeña sonrisa y se fue.

Me fui con mis amigas a la barra por un trago. Ellas se quedaron bailando y yo me acerqué a la barra. Ahí estaba él, sentado, hablando con una chica de ojos verdes y cabello marrón claro. ¿Su novia, quizás? Me acerqué a ellos y la chica me miró, sonrió y se fue, sin darme tiempo a presentarme.

— ¿Vienes por un trago? Preguntó con voz ronca pero agradable

—Si respondí algo nerviosa, mi corazón latía rápido.

Le pidió al chico de la barra que me sirviera un trago.

Toma, aquí tienes, dijo amablemente. Extendiéndome un vaso de vodka

— ¿Qué es? —musite

Vodka —respondió—. Por cierto, mi nombre es Nick. Extendió su mano.

—Mucho gusto, Nick. Soy Emma.

Estrechamos nuestras manos con suavidad y pude sentir su suave piel, reconfortantes manos y sus ojos penetrantes en mí. Simplemente, no me atreví a mirarlo a los ojos. Tomé mi trago y me fui de allí lo más rápido posible, no quería que notara mis nervios.

Regresé con mis amigas y nos sumergimos en la música y el baile. La noche avanzaba y el calor dentro de la casa se intensificaba, así que decidí tomar un respiro y me dirigí al sofá cercano a una ventana. Desde allí, vi a Nick afuera, en el patio trasero, fumando tranquilamente.

La curiosidad y la necesidad de aire fresco me impulsaron a salir y acercarme a él.

Hola, ¿qué haces?—pregunté tímidamente

Nick sonrió con una suave sonrisa y respondió: Tomo un poco de aire y fumo un cigarrillo.

—Ya veo —respondí—. ¿No tienes frío? Pensé que estarías con tu novia, je, je, je, la has dejado sola.

Nuestra conversación fluyó con naturalidad, liberándome de las tensiones de la fiesta y de mis propias dudas. La cercanía entre nosotros creció con cada palabra compartida, y cuando mencioné a la chica que lo acompañaba en la barra, su risa sincera me tranquilizó.

Comenzó a reír a carcajadas —¿Novia?

—Sí, la chica que estaba contigo en la barra, creí que era tu novia.

—Oh, te refieres a Ross, no, es solo una amiga. Explicó, sus ojos verdes encontrando los míos con complicidad. Somos amigos desde hace tiempo.

Sentí cómo me miraban detrás de mí, y un escalofrío recorrió mi espalda. Volteé por unos segundos y ahí estaban mis amigas y Axel, mirando por la ventana. Axel parecía un poco enfadado.

—¿Qué sucede?—preguntó Nick.

—Nada, solo que nos están observando —respondí.

Miró por encima de mi hombro. Ya lo veo. ¿Te molesta? Podemos ir a otro lugar más privado —sugirió.

—No, está bien aquí —. Mis mejillas ardían mientras su mano tomaba suavemente mi mentón, atrayéndome hacia él con un gesto que despertó emociones que había mantenido escondidas por mucho tiempo. En ese momento, entre sus brazos y su mirada intensa, supe que algo estaba cambiando irremediablemente dentro de mí.

—Mírame —me ordenó, sus labios apenas rozando los míos—. Sé lo que quieres, por eso estás aquí.

— ¿De qué hablas? Titubeé.

Mis palabras se desvanecieron en un susurro mientras me perdía en la ante su presencia. La magia del momento nos envolvió cuando sus labios encontraron los míos, sellando un beso que despertó mariposas en mi estómago y sentimientos que me dejaron sin aliento. Mi primer beso…

Quizás si tan solo hubiera sabido lo que nos separaría meses después, jamás habría asistido a esa fiesta, jamás lo habría besado, ese beso selló nuestro destino. No debí confiar en él…

Siempre Tú #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora