🖌️ Capítulo 10 🖌️

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Dejé caer mi mochila sobre una de las mesas del exterior, me senté sobre la superficie de metal y empecé a beber mi té. 

Por unos minutos me quedé observando a las personas pasar. Había una chica que caminaba demasiado rápido, miraba su reloj de vez en cuando como si deseara que el tiempo pasara más rápido, quería pensar que su urgencia era debido a que ella era una heroína y había a una ciudad que salvar de un malvado villano. 

En el fondo estaba un chico platicando animadamente con una chica, él acomodó un mechón que se había escapado del gorro de ella, ambos sonreían y había una chispa que me hacía ver que estaban enamorados, quizás dos viejos amigos de la infancia, o tal vez se conocieron por casualidad, no lo sabía, pero era divertido dejar que mi imaginación volará y que creará pequeñas historias que después podría plasmar en mi arte.

Sin querer, mi mirada fue a parar a una persona en particular, una que hace varios días no veía. Desde lo que pasó con Thiago, Abby se ha distanciado un poco, sé que habla con Ren y Leo por mensajes, pero no ha habido más interacción que esa.

Mi mente bailó entre la indecisión, ir o no ir, pero al final desistí de aquella idea y aflojé el agarre que tenía sobre mi mochila. No debía entrometerme, no somos amigas y eso ella lo ha dejado claro.

Me dejé caer sobre la mesa, sin importar que algunos restos de nieve se pegaran a mi suéter. Miré el cielo despejado, apenas si podía sentir el calor de los rayos del sol y simplemente me puse los audífonos mientras esperaba una clase. Dejé que la lista que le había hecho a Abby se escuchara en aleatorio. 

—Conque aquí estabas —me interrumpió Tom un poco antes de que la primera canción acabara.

Le di un par de golpecitos a uno de los audífonos para parar la música, me los quité y los dejé de nuevo en su estuche para ponerle atención a Tom, quien se acostó a un lado de mí.

—Solo pensé en tomar aire fresco.

—Si me doy cuenta, eres la única que quiere sentirse como un témpano de hielo. —Solo escuchaba el sonido que él hacía cuando brotaba sus manos sobre su chamarra para entrar en calor.

—El frío te hace pensar con claridad —dije mientras me incorporaba para verlo.

—¿Y qué tanto atormenta a esa cabecita para que tenga que pensar con claridad?

—¿Qué harías si hay una chica que te atrae, pero ella acaba de salir de una relación, y solo quieres ayudarla? El problema es que no sabes cómo, sin dejar que lo que sientes se vuelva más fuerte.

—¡Hay no! Acabas de llegar y ya estás con problemas del corazón.

Sonreí ligeramente, no quería enamorarme, ni siquiera llegar al punto de que me guste, pero no podía evitar pensar en Abby y cada vez las líneas eran tan difusas que no sabía en cuál de las tres etapas del enamoramiento estaba, tal vez ya había pasado el de la atracción y no lo quería aceptar.

—Para algunas cosas no soy tan lenta —dije finalmente, soltando un suspiro y me distraje contemplando el vapor que había creado con mi aliento. 

—Ya me di cuenta, lo mejor que puedes hacer es esperar, dejar que ella asimile su propio dolor y después tal vez ver si tienes una oportunidad.

Tom se sentó y colocó una mano sobre mi rodilla, tal acto me reconfortó al sentir que no estaba sola en esto y que podía hablarlo con alguien, algo que no podía hacer con Ren ni con Leo porque ellos eran los amigos de Abby antes que los míos. Lo último que quería era que todo se volviera incómodo después de que ellos fueron amables conmigo.

—Es hetero.

—La maldición de toda lesbiana, igual te sorprende y es bisexual.

—Eso sería tener mucha suerte y créeme, es algo de lo que carezco.

🚫 No me conoces 🚫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora