La noticia de que Red Bull se arriesgo al contratar a una mujer para que reemplace a Sergio Pérez luego de su repentina salida del equipo, ronda por todo el mundo entre los fanáticos del deporte.
Lola, es una chica directa y sin miedo a decir lo qu...
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—¿Que te pasa?
Fue lo primero que le pregunté a Charles una vez que estábamos solos y alejados del resto. Este chico de verdad que me confunde, aunque bueno, es hombre, no me sorprende nada a estás instancias. Pero me parecía extraño el que me sacará del circulo así de la nada, sin importarle lo que los demás dirían al volver. Lo noté algo nervioso, tal vez era imaginación mía, pero evitaba mi mirada a toda costa, y no fue hasta que empezó a hablar que me miró a los ojos, convirtiéndome en la nerviosa ahora.
—Sobre anoche... —empezó, yendo directo al grano y yo me tense en mi lugar. Pensé que no se iba a acordar de nada.
Maldije para mis adentros. No sabía donde meterme. Odiaba esto de los acostones de una noche; encontrarme con esa persona a la mañana siguiente y no saber que hacer o que decir.
Mire al monegasco con curiosidad, pues no había vuelto a hablar y la ansiedad y vergüenza que sentía en esos momentos me carcomia por dentro. Hice un movimiento con la mano para que reaccionara y continuara hablando, la verdad es que no quería estar acá con él en estos momentos, lo sentía incómodo.
—Nadie se tiene que enterar de lo que pasó ¿Entendido chérie? —dijo en un tono serio, con sus ojos fijos en los míos, pronunciando aquel apodo en francés con cierta ironia.
En alguna otra ocasión me derretiría ante un hombre así, alto, facciones perfectas, linda sonrisa y unos ojos que enamoran, lastima que fuera un idiota con todas las letras, así que lo único que hice en ese momento fue reír ¿Para eso me había traído acá? La confusión en su rostro era clara ante mi repentina risa, pero es que no lo podía evitar.
—Ay Charles —logre decir luego de reír y lo mire divertida. —Primero, no soy tu chérie, niño bonito. Y segundo... ¿Que te hace pensar que quiero que todo el mundo se entere que me acosté contigo? —le pregunté con cierta gracia mientras el volvía a su típica expresión de ceño fruncido conmigo.
—Bueno, si yo fuera mujer, le diría a todas mis amigas que me acosté con un hombre como yo. —dijo totalmente confiado de su belleza.
Que egocéntrico de mierda que es.
—No tengo amigas. —dije sin importancia. Charles no dijo nada, por lo que seguí hablando. —Aparte, como si me acordará de algo de lo que hicimos anoche. —confese cruzandome de brazos.
—¿No te acuerdas de nada? —pregunto sin creerlo.
Parpadeó un par de veces, sin entender lo que le estaba diciendo, o asimilando mis palabras una por una. Me parecía gracioso el molestarlo, así que ¿Por qué no hacerlo?
—Na-da. —pronuncie separando en silabas. —Parece que fue el verdadero... Sexo para olvidar.
Charles soltó una risa nasal, sonriendo de lado mientras desviaba la mirada a un costado, casi que me derrito ¿Por qué tenía que ser tan hermoso?
