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23 de mayo 2023 Montecarlo, Mónaco.
Mónaco, ciudad de millonarios a mi parecer y ciudad donde se correra mi carrera favorita del año. Muchos dirán que es aburrida, pues es complicado rebasar aquí, pero la adrenalina de que si cometes un error por más mínimo que sea te estampas contra el muro, era inigualable. Por esta razón las carreras callejeras eran mis favoritas, en especial la de Mónaco, toda mi carrera entrene de forma que no importa que tan estrecha sea pista, jamas me permitiria chocar con el muro. Y este domingo no sería la excepción.
Pero ahora no estaba muy enfocada en eso, solo en el cansancio que sentía de estar de avión en avión y en que hacía tanto que no venia a mi departamento de aquí que la suciedad y el vacío que había en ese pequeño espacio era impresionante. Así que por mas cansada que estuviera, me dispuse a limpiar un poco todo aprovechando que Stella estaba haciendo no se que cosa con Lando, últimamente pasaban mas tiempo juntos fuera del trabajo, parece que al fin se llevan bien, o eso quiero creer.
Reproduje Fearless en unos parlantes que tenía allí, limpiando con cuidado las fotos que tenía por todo el lugar, la mayoría eran con mi abuelo, otras con Margot, Tony, una con Mauro y un par con Mick y su familia. Esas fueron las que dejé, las demás las tire adentro de una caja, no quería ver la cara de él cada que pasara por la sala ni nunca jamás en la vida. No después de lo que hizo.
Terminando de limpiar la cocina abrí la heladera dándome cuenta de que estaba tan vacía que me daba pena, no le salían polillas solo porque no estaba en una caricatura. Solté un suspiro, mire el reloj colgado en la pared, todavia era temprano, asi que me cambie la ropa sucia que traía puesta por un jean azul holgado y un top blanco, agarre mi telefono, un poco de dinero y sali directo al mercado, por lo menos para comprar algo y subsistir está semana.
Camine tranquila por el pasillo, agradeciendo a mi yo del pasado por comprar un departamento en el segundo piso y no tener la necesidad de usar el elevador.
Si no mal recuerdo creo haber visto un mercado no muy lejos de aquí, así que me iría caminando. El dia estaba hermoso, no hacía tanto calor pero el sol brillaba en lo alto, la gente caminaba en paz por la calle a pesar de estar en semana de carrera, pues estabamos algo lejos del circuito.
Sonreí viendo el mercado cruzando la calle, pero fruncí el ceño al ver a una señora con varias bolsas batallando por acomodarlas y empezar a caminar. Mire a ambos lados de la calle y una vez segura cruce corriendo, no iba a dejar que esa señora cargará todo ella sola, se veían muy pesadas.
—Excusez-moi, laissez-moi vous aider. —(disculpe, déjeme ayudarle). Le dije en francés tomándome el atrevimiento de agarrar un par de las bolsas que llevaba.
La señora me miró sorprendida por un segundo para después ofrecerme una sonrisa, negando con la cabeza. Era rubia y muy bonita, parecía ser muy amable.
