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El agua helada en la que me sumergía después de haber estado en las entrevistas de verdad me relajaba, si fuera por mi me daría un baño así todos los días

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El agua helada en la que me sumergía después de haber estado en las entrevistas de verdad me relajaba, si fuera por mi me daría un baño así todos los días. Tony y Margot estaban a mi lado esperando a que saliera, ninguno de los tres decía algo, el que mamá estuviera aqui nos ponia tensos a los tres, pues todos teniamos una historia con ella, y ninguna era agradable.

—Vi que estuvo hablando con Horner... —comento Margot casi en un susurro.

Tony y yo nos miramos nerviosos sin saber que decir, ambos lo podíamos perder todo, yo podia perder el asiento a principio de temporada y Tony su trabajo, tal y como habia pasado años atrás.

—No creo que él haya aceptado algún trato.. ¿Verdad? —pregunto Tony preocupado. —Tengo un par de ahorros, pero no sé si pueda...

—No vas a perder tu trabajo Anthony. —interrumpi al mayor mirándolo con seguridad ante lo que le decía.

Nos quedamos un rato más ahí, en silencio, cada uno pensando en sus cosas o en las maneras de escapar de la situación, hasta que se hizo la hora de salir y cada uno se fue a terminar de hacer sus cosas.

Camine nerviosa a mi cuarto de descanso para cambiarme e irme del paddock, rogaba no encontrarme a mi madre merodeando por ahí, ya no quería verla y menos si es a solas. Pero la suerte no parecía acompañarme ni hoy ni nunca.

—Hasta que te encuentro. —escuche esa voz sería y enojada al salir de mi cuarto ya cambiada.

La mire algo temerosa en mi interior, no quería saber que era lo que iba a decirme, o por lo menos no quería que me lo dijera en persona, por teléfono era una cosa, podía romper en llanto sin que ella se diera cuenta, en cambio, al tenerla frente a mi tenía que fingir ser fuerte cuando sentía que no lo era en lo absoluto.

Empece a caminar detrás de ella como si fuera una niña castigada, no me atrevía a ver a mi alrededor y el corazón me latía como nunca antes. Hacía ya dos años que no la veía en persona, o hasta más.
Pero si aparecía ahora, no era una buena señal, siempre que lo hacía algo malo terminaba pasando.

En cuanto estuvimos en un lugar lo bastante alejado como para que nos vieran, específicamente entre dos motorhomes (que si les soy sincera no se de equipos), me atrevi a mirarla a los ojos, esos que eran tan parecidos a mi que me hacian odiarlos, porque reflejaban el desprecio y la falsedad a donde sea que miren.

—Mamá..

—No, no hables. —me freno para seguir hablando ella. —Creo que te deje bien en claro que no quería que volvieras a correr, y menos en ese equipo de porquería al que te has metido.

—Esa no es tu desicion. —atrevi a decir.

Al escuchar eso acortó aún más la distancia que había entre ambas, agarrándome de los pelos tan fuerte como podía, echando mi cabeza hacia atras.

—A ver si está vez te queda claro, chiquita. Apenas termine la temporada te volves para Argentina te guste o no, o te juro que voy a vender esa mugrienta casa de Maranello y te voy a encerrar en ese mismo cuarto de acá hasta que me muera ¿Escuchaste?

WINNER ━━ 𝗙𝟭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora