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Me desperté con un dolor de cabeza que me mataba y la luz que entraba por la ventana me molestaba tanto que me tape la cara con la almohada

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Me desperté con un dolor de cabeza que me mataba y la luz que entraba por la ventana me molestaba tanto que me tape la cara con la almohada. La sensación de deja Vu me inundó y de repente recordé que anoche había salido de fiesta con los chicos, lo último que recuerdo es que nos subimos como cinco a un taxi y terminamos acá, en el hotel, donde me quite los zapatos de forma perezosa y me tire a la cama a dormir. Gracias a Dios está vez si me acordaba de todo lo que había hecho la noche anterior.

Y no. No me acosté con nadie.

El sonido de un teléfono vibrar en la mesa del otro lado de la habitación me hizo levantarme, no sabía de quién era, pero quería que ya dejara de sonar, solo hacia que mi cabeza doliera más.
Apenas puse un pie en el suelo se escucho un quejido, era George que estaba durmiendo en el suelo, ahogué una risa al verlo ahí ¿Cuánto habíamos tomado anoche? Divisé el resto de la habitación, en la cama, al lado de donde estaba durmiendo yo, estaba Max, en el sillon que había frente a la mesa donde tenía que llegar estaba Carlos, todavía faltan Lando y Charles, que no sé dónde estaran.

Agarre el teléfono que sonaba para darme cuenta que era el mío. Temble al ver el nombre "mamá" brillar en la pantalla. Ya tenía una idea de que era lo que iba a decir, era siempre lo mismo con ella. No quería contestarle, pero mi cuerpo no reaccionaba a lo que queria, y cuando menos lo pensé estaba parada en el balcón con el teléfono en mi oreja.

—¿Mamá? —pregunte con cierto temor en la voz. Tenía miedo de lo que iba a decir, sabía que me iba a afectar, pero ninguno estaba despierto como para verme lloriquear en el balcón.

Pensé en cortarle antes de que dijera algo, pero ya era tarde, estaba hablando, se le notaba ebria, molesta y cansada. Soltó todo de una sola largada, como siempre, no era una charla o una discusión, era una descarga de todas las cosas que venía repitiendome todos los años desde que me fui de casa, recordándome que sin ella no soy nada. Recordándome cuan miserable era.

Asi que ahora estás en la F1.. no te basto con que te echaran de Ferrari para que dejaras ese jueguito de hacerte el varón y manejar un auto de carreras. Igual a tu padre sos, igual de estúpida y traicionera, dejándome sola y tirada. Yo que vos cuido bien tu asiento porque puede que muy pronto lo pierdas al igual que perdiste el de Ferrari. No servís para nada más que para estar escondida en la sombra de los demás. Me arruinaste la vida, es lo único que te digo.

Y cortó.

Las lágrimas rodaban por mi rostro desde el momento en que pronunció la primera vocal. No quería que me afectará, enserio no quería. Pero sus palabras se sentían como apuñaladas en la espalda, y eran tantas que me empezaban a pesar.

Respira. Mantene. Solta. Me repetía en mi cabeza como un mantra para calmar mi llanto, mientras mordía mis labios conteniendo los sollozos para no despertar a nadie, no queria que me vieran asi.

En algún momento mis piernas dejaron de sostener mi cuerpo y caí en una de las sillas que había allí. Limpie mis lágrimas un poco más tranquila y me quedé ahí, mirando como las nubes paseaban por el cielo, tratando de mantener mi mente en blanco.

WINNER ━━ 𝗙𝟭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora