✓CAPÍTULO 9

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Ah

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Ah. Dejo de frotarme las manos en la cara al ver a mi alrededor como las personas se levantan de los mesabancos llevándose consigo sus mochilas. Es el fin de la última clase. Una vez más respiro hasta que me cala el aire. Me preparo para volver a casa.

—Leila.

—¿Mm?

—¿Cómo estás?

Sigo con la mirada a las últimas personas que salen del aula.

—Te miras muy...

—Cansada. —Termino yo. —Si, aun así... Puedo ser capaz de cumplir en cada tarea.

—Lo sé muy bien. —La miro, su llamativo labial sigue ahí. —Y fueras excelente en tus calificaciones, si no fuera por tu comportamiento.

—No he hecho nada.

—Esto es independiente de lo que has hecho antes de salir de vacaciones.

—Ya cumplí con los castigos que el director me puso.

—Se eso, lo que quiero decir es que... Te iría mejor en mi clase si tan solo dejaras de dormirte.

Parpadeo.

Aunque ella sea un amor. Su clase es desagradablemente aburrida.

—Aun puedes por lo menos salir de los reprobados, si sales bien en el examen.

—Oh.

Tengo que estudiar mucho más.

—Así qué, estudia. Te recomiendo que busques un tutor.

—Mjum. —Le sonrió. —Gracias.

—Adiós.

Inhaló aroma húmedo al salir.

—Leila.

—¿Ah?

Esta recargada en las ventanas.

—Tenemos que comenzar con la tarea, tenemos que adelantar.

—¡Ah, es verdad!

—Estaba pensando en que podríamos ir a mi casa, está cerca.

Arqueo una ceja.

—¿Solo tú y yo?

—Si, sin Jezabel o Rony.

Me río un poco. Al salir de la preparatoria caminamos hacia un auto blanco, entramos, enciende el motor, ella conduce.

Acomodo mi brazo sobre la ventana, el día de hoy está fresco, por lo que desabotono mi camiseta para sentir. Comienzo a tensarme mientras sostengo un intenso peso invisible, una mirada.

Me pongo aún más cómoda al estirarme a la vez que suelto mi cabello.

Nos habíamos dividido las tareas, justo por esto, yo no quería tomarme la molestia de ir hasta su casa y por eso le seguí la corriente respecto a las presentaciones. Aunque el lado bueno es que puedo irme cuando me plazca.

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