El Marquis negro está estacionado en la cochera, Leila está aquí, seguramente acaba de llegar de uno de sus intensos entrenamientos de softbol. Yo bajo de mi auto dejándolo junto al otro.
Corro hasta la puerta de la casa y la empujé para entrar, suspiro acomodando me el cabello. Escucho ronquidos del piso de arriba y unos ligeros pasitos.
Ya es tarde, ¿Que hace despierta?
Estoy a punto de tocar el primer escalón, no lo hago, por qué una figura más pequeña que yo se escurre por mi lado. Sonrió al verla caminar con tanta naturalidad.
-¿A dónde vas? -Me muerdo para no reír.
-A la cocina. -Responde, su voz suave y ronca no me confirma nada.
-¿Y que vas a hacer? -La sigo.
-Pastel. -Esta cortante.
Saca un bol plateado vertiendo un tazón de harina, sus manos se mueven "vaciando un baso de leche" y luego partiendo huevos, bate la mezcla...
Esta es polvo completo, el movimiento genera aire y la harina sale volando para todas partes.
Desde niña hace esto: o prepara sandwiches dormida o se cuelga como tarzán en los árboles o trata de golpearnos con su bate de softbol o se pone a "limpiar" la casa o camina por el pasillo y entra a a la bodega para "revisar que ninguna botella este rota".
-Okay, suficiente.
Voy tras la barda posicionando me a su lado, le quitó la cuchara y el bol empujando la con la cadera para alejarla.
-Lialei, ¿Para quien haces un pastel?
-Para Nadine.
No me muevo, mi corazón vuelve a sentir un pinchazo.
-Ve a dormir, yo termino tu pastel.
Ella asiente.
-Nos gusta con trocitos de durazno. -Comenta con tono infantil.
-¿Y esto... para que es?
Lo sé, pero lo que veo me sigue sorprendiendo provocando que una vez más vuelva a repetir la pregunta.
En la mesa, hay una lata de mermelada junto a una barra de pan tostado y una cuchara plana para embarrar mantequilla o mermelada.Ella ya había bajado.
-Nadine y yo siempre comemos un sándwich antes de dormir.
Las palabras me cuestan, aún así consigo hacer sonido.
-Ya es muy noche para que coman, mejor háganlo mañana.
Los pasos pesados son apresurados, es Eda quien baja atandose los listones de su bata de noche y suspira al verme junto a Leila.
-Es la segunda vez que baja. -Explica agotada.
-Preocupa que pueda hacer alguna cosa suicida.
Sus ojos carentes de brillo me escanean.
-¿A dónde fuiste?
-Fui al club, como siempre.
-Mm. -Hace ver su descontento.
Sujeta a Lei de la cintura guiando la de nuevo a su habitación, las sigo, esperando la oportunidad de hablar con mi hermana. Ella recuesta a su hija en la cama arrullando la.
-Sh, sh, sh. -Repite bajando el tono y apartándose.
Veo su fino perfil. Eda sacude el camisón de la niña, luego, con su pulgar limpia el polvo blanco en la mejilla gordita de Lei.
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🍑| Lovely Look
Teen Fiction_________________________________________ Comienza una guerra cuando los objetivos de otros se convierten en tus obstáculos. _________________________________________