CAPÍTULO TRECE

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—Señor, hemos llegado. —La voz de su chofer lo sacó de sus pensamientos. Miró por las ventanas y se dio cuenta de que, efectivamente, habían llegado a casa. Christopher soltó un suspiro cansado desde el asiento trasero y asintió con distracción. Su ánimo estaba algo por los suelos luego de hablar con Changbin después de tanto tiempo y que saliera peor de lo que pensó.

Bang frunció el ceño cuando analizó su entorno y realidad, notando el excesivo silencio en la casa. La situación empeoró cuando no vio a ninguno de los guardias de seguridad a los alrededores. ¿Qué estaba pasando? Los hombres sólo tenían permiso de dejar sus puestos por dos situaciones específicas y ninguna lo tranquilizaba en lo absoluto.

Caminó rápidamente buscando con la mirada cualquier señal de que no estaba solo en casa y la encontró. Realmente no esperó ver aquello frente a sus ojos.

Ver a su hermana apuntando a su... A Seungmin y a Dallia no fue la mejor escena que pudo presenciar al llegar a casa luego de un largo día lleno de trabajo, además de difícil a nivel emocional.

Quiso culpar al estrés por su reacción, o tal vez a la sobrecarga de emociones que había tenido ese día; cualquiera realmente servía ahora que no quería aceptarlo. Sin embargo, no podía mentirse a sí mismo. No podía mentir y fingir que no había pasado que una enorme preocupación lo inundó al ver a Lia apunto de dispararle a dos personas que se habían vuelto muy importantes para él. Sintió que el mundo se le caía encima. Sintió su corazón latir tan fuerte que pensó que pronto este saldría de su pecho; sus oídos zumbaban y automáticamente sus manos se hicieron puño en defensa. Sobre todo sintió una amenaza directa... Y en respuesta a eso su alfa sólo pudo reaccionar sin que él mismo se diera cuenta. Antes de que pudiera evitarlo o siquiera pudiera darse cuenta, su alfa ya había tomado el control y había salido a defender a su omega.

—¡¿Qué mierda crees que estás haciendo?!

Todos en el lugar bajaron la cabeza instintivamente ante el porte y poder del alfa. Vio a Lia tensarse en su puesto porque ambos sabían que Christopher jamás había utilizado esa voz con ella porque eran familia; una manada... Y sin embargo, en ese momento, Bang no podía controlarse. Se acercó a pasos demandantes hacia ella. No pudo manejar sus acciones y ni siquiera pudo reaccionar cuando ya tenía un mechón del cabello de su hermana en la mano y a la misma quejándose de dolor.

—Di la maldita orden de que lo dejaran en paz. ¿Quién carajos crees que eres para amenazarlo con un arma? —Bang ya no hablaba entre gruñidos. Sin embargo, la ronca voz le hizo saber a Lia que la parte racional de su hermano no estaba presente.

—Lobo estúpido. —Resopló la omega, intentando zafarse del fuerte agarre en sus castaños cabellos, pero no pudo. —Suéltame, imbécil, estás lastimándome. —El comentario hizo que Christopher regresara en sí mismo. Pasaron unos segundos antes de que se diera cuenta de lo que había hecho así que dejó ir a su hermana y carraspeó.

—¿Y bien? —Preguntó Bang.

Lia miró alrededor, notando la mirada de todos los guardias y de Seungmin. La castaña resopló y miró a uno de los hombres presentes.

—Park, llévate a Seungmin y a Dallia a su cuarto. —El nombre mencionado no movió un solo dedo por temor a Bang. Lia lo notó y resopló apuntando al hombre. —Si no te lo llevas ahora mismo voy a dispararte, idiota. —El alfa buscó la mirada de aprobación del líder Bang. Al obtener un breve asentimiento de su parte decidió escoltar al omega y a su hija hasta su habitación como había sido indicado. —Y ustedes lárguense. —Gruñó Lia a los demás hombres. Estos no tuvieron que escuchar la orden dos veces, a los segundos todos habían vuelto a sus respectivos puestos.

—¿Ya vas a hablar?

Y aunque sospechaba lo que se avecinaba, lo que dijo Lia le dolió en el corazón.

—Él intentó escaparse otra vez, Christopher.

Lo sospechaba desde el principio. Sabía en el fondo que Seungmin intentaría escapar otra vez, después de todo era un rehén; un peón en el tablero y cualquiera en su posición lo haría. Sin embargo, le dolió porque pensó que algo podría cambiar sólo por un estúpido... Ni siquiera importaba ahora. Bang soltó un suspiro y se sentó en el suelo. Su hermana copió la acción.

—Abre los ojos, Chris. Deja de mostrarle tus debilidades y sobre todo deja de ilusionarte. —Bang iba a refutar, pero la castaña lo cortó. —Ni siquiera te atrevas a decirme que no lo haces porque yo lo he visto. La forma en que lo miras, en la que lo tocas cuando no deberías hacerlo. Cuando hablas con él y le das protección; lo has vuelto intocable para todos e incluso para mí. ¿Y él que hace? Intenta escaparse. Ambos sabemos que no podemos culparlo porque es lo que una persona cuerda y sensata haría. Está en todo su derecho. —Lia guardó silencio por unos segundos, pero decidió continuar. —Sé que estás convencido de que él es tu persona. Probablemente lo sea, pero la situación y las circunstancias en la que lo conociste... Eso no es correcto. Arruina todo por el simple hecho de que nadie en su sano juicio podría enamorarse de su secuestrador. E incluso, si lo hiciera, esta situación siempre los va a perseguir y no podrán ser felices. Despierta, Bang Chan. Esto no es una película de amor.

El alfa sabía que su hermana tenía razón. Él mismo había pasado noches en vela pensando en absolutamente todo lo que ella estaba refutando e incluso más cosas. Una prueba de que Lia sólo estaba diciendo lo más sensato fue lo de hoy; él le confió una parte de sus sentimientos a Seungmin, pero a pesar de eso intentó escapar cuando tuvo la primera oportunidad y él no estaba presente.

—Tú le das un poco de tu corazón y él toma todo para salir de aquí. —Habló Lia después de unos segundos, en el momento perfecto, como si pudiera leer su mente. Eso o que la omega era su hermana de sangre; se conocían demasiado bien como para saber lo que el otro está pensando. —Él no debería estar aquí. No pertenece aquí.

El alfa guardó silencio mientras la realización poco a poco lo golpeaba en la cara.

"No pertenece aquí."

Eso era cierto. Seungmin es un omega normal, con una hija y un trabajo común que no tiene nada que ver con los negocios sucios y que solo tuvo la mala suerte de cruzarse con Seo Changbin y por ende, con Bang Chan en su camino.

Tal vez sea la persona correcta pero no es el momento indicado. Y aunque no quiso admitirlo, dolió.

Algo cambió en Christopher esa noche. O al menos lo intentó.





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¡Hola!

Ya dejen a Chan ser feliz. :(


¡Gracias por leer!



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