CAPÍTULO DOCE

1.8K 191 17
                                    



Christopher había llegado de su viaje hace unos días. Ahora Seungmin observaba como su hija y él jugaban animadamente en la piscina con el omega vigilándolos desde cerca.

—¡Papi! Entra a jugar con nosotros. —Pidió Dallia con una sonrisa que derritió el corazón de Kim.

—Amor, no creo que sea lo mejor. —El omega se negó al principio, puesto que en el fondo no quería arruinar esa linda escena frente a sus ojos e intentó convencerse de que simplemente no tenía ganas. Sin embargo, Dallia no se quedó tranquila hasta que su papi pudo estar dentro de la piscina disfrutando también.

Alfa y omega pasaron toda la mañana jugando con la cachorrita en el agua hasta que la hora de almuerzo llegó. Seungmin tomó en brazos a su hija para que no se arrugara como una pasa y por el rabillo del ojo pudo ver a Bang en la gran parrilla asando algo de carne para comer. Lo que le llamó la atención, fue ver al mayor con la mirada perdida.

Algo en su corazón lo hizo sentir mal al identificar el miedo y nostalgia en la mirada del alfa.

Luego de dejar a Dallia sentada en una silla y distrayéndose con unas muñecas que Bang le había conseguido en su viaje, Seungmin decidió acercarse lentamente al alfa, quien giró hacia él cuando sintió su olor de cerca. Seungmin carraspeó con una mueca antes de soltar palabras.

—Chris... Chan. —Se corrigió rápidamente. —¿Todo está bien? Te noto un poco raro...

Bang suspiró antes de devolver su mirada hacia la carne asada, mientras la movía distraídamente con el ceño fruncido.

—Changbin quiere hablar conmigo en persona y yo... Acepté. —Seungmin ahogó un sonido de sorpresa.

—P-pero... Changbin... —Quiso disimular su preocupación pero fue muy tarde. Una leve sonrisa apareció en el rostro de Bang.—No te rías.

—¿Acaso el omega más indiferente que conozco se está preocupando por mí? —Kim gruñó y se cruzó de brazos. —Te ves lindo gruñendo. —Seungmin ignoró el revoltijo de emociones en su estómago por aquellas palabras dichas y siguió hablando.

—¿Entonces estabas mintiendo?

—En realidad es verdad. Mañana Changbin visitará mi oficina y... Hablaremos. —Bang suspiró y volvió al semblante de antes. Era increíble lo fácil que Seungmin lograba hacerlo olvidar sus problemas, pero por mucho que le gustara que lo sea, el efecto no era eterno. —No lo sé, me siento... ¿Preocupado? Tal vez esa no sea la palabra. —El alfa miró hacia el cielo azul intentando buscar una palabra que definiera la avalancha de sentimientos en su pecho, pero un carraspeo bastante conocido para él lo interrumpió. Cuando ambos giraron la cabeza, se encontraron con Lia y Dallia de la mano. La pequeña formó una sonrisa al ver a su papi omega estar cerca del alfa bonito. Por otro lado, la mayor tenía un semblante serio.

Lia suspiró y miró a Dallia con una sonrisa.

—Preciosa, ¿te parece si papi y tú van a su habitación? Yo les llevaré la comida en un momento, ahora necesito hablar con mi hermano. —Dallia hizo una leve mueca de decepción por ver al alfa y al omega alejarse, pero asintió de todas formas sonriéndole a Lia para luego correr hasta Seungmin y tomar su mano dirigiéndolo dentro de la gran casa.

El omega decidió no mencionar nada y seguir a su hija en silencio. Una vez tuvieron privacidad, Lia soltó una risa sarcástica.

—¿Qué se supone que estás haciendo, Christopher? ¿Contarle a tu rehén tus sentimientos? ¿En qué mierda estás pensando? —Bang gruñó y empezó a servir la comida en los platos, ignorando a su hermana y sin dirigirle una mirada. —No me gruñas, idiota. Si tú estás cansado de tener la misma maldita conversación todos los días, pues yo lo estoy más. —Lia suspiró y miró a su hermano con los brazos cruzados. —Estoy cansada de esto, Bang. Cansada de decirte que no es el momento ni la persona correcta. Deja de hacer lo que sea que estés haciendo porque esto no terminará bien ni para ti, ni para ese omega y mucho menos para esa pequeña niña que está empezando a mirarte con cariño.

Mafia | Chanmin | AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora