Capítulo 20

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Capítulo 20 — Los trabajos de Fang y Bibi

Fang llegó a casa agotado. Tenía mucho que estudiar si quería seguir teniendo buenas calificaciones. Estaba seguro de que no podría mantener por mucho más tiempo las expectativas que la academia tenía sobre él.

Cuando pasó por el pasillo para dirigirse a su habitación, escuchó unos llantos provenientes de la habitación de su madre. Miró por la puerta entreabierta y, efectivamente, su madre estaba llorando.

—¿¡Mamá!? ¿¡Qué pasa!? —exclamó muy preocupado.

Su madre se giró a verlo y tenía los ojos rojos de tanto llorar. Se quedó impactada al ver que su hijo la había visto así.

Al poco tiempo llegó Bibi, que había llegado a casa unos minutos antes que Fang. Al ver a su madrastra así, tomó una expresión de preocupación y sorpresa.

—¿¡Estás bien, mamá!? —la asiática ya se había acostumbrado a llamarla así, realmente la apreciaba mucho.

Unos diez minutos más tarde, todos estaban más tranquilos. Fang y Bibi se habían sentado en el sofá y su madre estaba delante de ellos, dispuesta a informarles que ocurría.

—Bien, eh... lo que ocurría es que... —le costaba hablar sin parar, pues lo que iba a contarles era algo difícil de comunicar a sus hijos—. Desde que pagué la fianza de Bull y le mandé al internado de la ciudad vecina... vamos muy justos de dinero. Apenas nos llega para la comida y la luz... —hizo una pausa para mirar al suelo, algo apenada—. Mi sueldo no es suficiente para pagarlo todo... No sé qué vamos a hace-

—Tranquila, te ayudaré, mamá —interrumpió Fang, con una voz tranquilizadora y segura—. Da igual en lo que tenga que trabajar para ayudarte, lo haré.

—Pero... Fang, cariño, eres muy joven para trabajar...

—No importa.

Bibi se mantenía quieta, sin decir nada. Fang lo notó, pero decidió ignorarlo.

Al poco tiempo, el muchacho salió de la casa, empezando a recorrer las calles en busca de puestos para empezar a trabajar a media jornada.

★★★

Meg entró por la puerta de su casa después de salir de la academia.

—¡¡YA HE LLEGADOOOO!! —gritó al entrar en casa.

—¡¡VALEEE, SI TIENES HAMBRE HAY COMIDA EN LA NEVERAAAA!! —le gritó de vuelta su padre desde el salón.

—¡¡DE ACUERDOOOO!!

Antes de ir a comer algo, fue a su habitación que compartía con Max, pero se llevó una sorpresa.

—¡¡AHHH!! —exclamó al asustarse.

Meg había gritado porque había visto a su hermana Max sentada en el suelo, apoyada en la esquina de la pared, con un cuaderno, y al lado de ella un montón de bebidas energéticas vacías.

—Max, pareces drogadicta, j****... —dijo llevándose la mano al pecho.

—Ya, pero sin bebidas energéticas no me concentro.

—No es bueno para tu salud, ¿lo sabes, verdad? —cuestionó la menor dejando su mochila en el suelo.

—Pero es bueno para mis estudios y mis calificaciones —se defendió mientras tomaba un sorbo más de su bebida.

—Como sea —dijo Meg quitándole importancia—. Tengo hambre. Voy a comer algo.

Cuando fue a la cocina y abrió la nevera, vio dos platos: el suyo y el de su hermana. Max no había comido para irse directamente a estudiar.

Starr Park Academia [BS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora