Capitulo tres.

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Gustabo esta sentando en el suelo de su habitación en aquel hospital, se había levantando hace rato, pero como no tiene reloj no sabe la hora que es, suspira mientras se cruza de brazos, hace rato que ha terminado el cuaderno de cruzadas numero cinco y esta esperando a que su médico le traiga el numero seis como había pedido.

-Uff, que aburrimiento ¿Cuándo vendrá el médico?

Da un vistazo por la habitación, la tenia muy vista pero algo tenia que hacer hasta que viniera alguien, su habitación consiste en una cama, al lado de ella había un escritorio donde tenia todos sus cuadernos de cruzadas terminados, su bolígrafo y una puerta que conducía al baño que era pequeño, pues tenia un inodoro y una ducha. El no necesita nada más, para el solo le era más que suficiente. 

Cansado de estar sentado en el suelo sin hacer nada, decide levantarse de allí, hacer una calentamientos para estirar los huesos y hacer un poco de ejercicio, al no tener el equipo adecuado lo único que puede hacer son flexiones, abdominales y sentadillas, decide hacer de momento veinte de cada cosa, pues nunca ha ido al gimnasio y de momento no era necesario tanto entreno, pero algo tendría que hacer hasta que alguien viniera a verlo.

Cuando esta haciendo las flexiones, la puerta se abre dejando ver al médico junto con la psicóloga para hacer la misma reunión de todos los días, Gustabo no se dio cuenta y siguió haciendo con lo suyo hasta que escucho la voz de su médico.

-Buenos días, Gustabo, ah ¿Estás haciendo ejercicio? Te has levantando energético hoy. 

-Ay, doctor, no te había escuchado, que susto ¿Me has traído eso?

-Claro, te lo dejo en el escritorio, pero antes, ve a ducharte, ya sabes lo que toca.

-Sí, por supuesto, enseguida vuelvo.

Gustabo se levanta del suelo, coge ropa limpia, se mete al baño y en menos de quince minutos sale de la ducha, se disculpa nuevamente para sentarse en la camilla para mirar a psicóloga.

-¿Preparado?

-Sí, lo estoy.

-Ya sabes que te hago las mismas preguntas desde que estas aquí, por protocolo.

-Disparé doctora.

Gustabo ve como la psicóloga coge la silla  para sentarse delante de el, como se cruza las piernas para poner su libreta encima y presiona el botón de boli para sacar la punta y le mira a los ojos, este suspira preparándose para lo de siempre.

-¿Nombre completo?

- Gustabo García.

-¿Edad?

-Treinta y seis años.

-¿Sabes de algún familiar que tengas o sabes de su existencia?

-Em. . . No lo se, no recuerdo tener familia o amigos.

-Vale, dime ¿Te acuerda de porque estás en este hospital psiquiátrico.

-No, ni siquiera se donde estoy, solo se que llevo mucho tiempo aquí.

-Llevas aquí cuatro años, por una cosa que hiciste en el pasado y alguien te trajo aquí para ayudarte y creo que lo hemos conseguido ¿No crees? 

-Si usted lo dice, pero ¿Por que no puedo recordar nada? Si tengo gente que me cuida o familiares, deberían de estar preocupados.

La psicóloga mira al doctor y este asiente con la cabeza, era el momento de hablarle de un poquito más de su vida, Gustabo lo ve y frunce el ceño.

-¿Tengo familia, verdad?

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