Capitulo 3: "Luz de Luna"

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Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen.

El viaje con la compañía del mar y sus maravillas fue muy ameno, Zoro exploró una de las habilidades nuevas que había obtenido, la de comunicarse con los animales. Se dió cuenta de que podía escuchar las voces de todas las criaturas que pasaban a su lado, era como estar en medio de un evento ruidoso organizado por el rey. A veces los saludaba al notar que hablaban de Él, después de todo, el incidente sucedió en la mitad del reino, tal vez todo East Blue ya lo sabía.

Sin embargo ningún ser parecía estar asustado con su presencia, solo se limitaban a observarlo con curiosidad, sorprenderse al saber que estaban siendo escuchados y devolver el saludo a su manera.

— Dijiste que todo el reino te odiaba - Dijo la ballenita al notar que estaban siendo muy amables con Él.

— ¿También los escuchaste? Por alguna razón al notar que podía escucharlos me sonreían con la mirada - Estaba contento. Cuando pensó que ya no quedaba absolutamente nadie en su vida llego el mar a darle la mano - ¿Crees que sepan algo de mi?

— No lo creo, deben saber lo mismo que yo. Que el mito ya no es más uno, todas las criaturas que nos hemos cruzado ahora lo saben.

— ¿Y crees que alguien en los 7 mares si lo sepa?

— Supongo que ese alguien debe existir.

Todo lo que siempre fue estaba cambiando, Él sabía que su vida no iba a ser la misma a partir de ese momento, había innumerables preguntas en su mente que sin una investigación no iban a ser respondidas, pero ¿Por dónde empezar todo esto?

— Ya estamos cerca, pero no puedo acercarme más, soy muy grande y tal vez todos se notifiquen de mi presencia - Dijo algo preocupada por el tritón verde.

— No te preocupes, hiciste más que suficiente, estoy muy agradecido contigo, por cierto ¿Cuál es tu nombre?

— Ojalá poder haber hecho más - dijo con algo de decepción - mi nombre es Laboon y no tienes porque agradecer, lo hice porque quería - feliz movió sus aletas - Espero que puedas resolver todas tu cosas, en todo caso, ¡Nos vemos la próxima vez!

— Estupendo, ¡Nos vemos entonces, Laboon!

Luego cada uno de ellos siguió por diferentes caminos.

El chico de pelo verde nado sólo desde ese punto, ya no faltaba mucho de camino sin embargo tenía que buscar una entrada al pueblo con un bajo perfil de ser posible.

— ¿Será por aquí? - dijo cambiando de dirección.

Siguió adelante sin mirar atrás, era probable que la familia de la corona ya se hubiera enterado del "escape", y era lo más seguro que la ciudad estaba cubierta de posters con su cara en todos lados.

— ¿Por qué no llego?¿No sé supone que Laboon me había dejado cerca? - Gruño algo molesto.

Tenía muchas ganas de volver y mirar a Sanji aunque fuera por su ventana, quería sentir que estaba luchando por algo que valía la pena, quería pensar que algún día toda esta pesadilla se convertiría en un recuerdo viejo del que nadie se acordaría.

— ¡No entiendo nada! ¿Dónde estoy? - está vez estaba más enojado que antes, no le pedía mucho a la vida, solo llegar a la puerta secreta que en algún momento le habían mostrado sus compañeros.

Se encontraba cansado, había recorrido kilómetros enteros por mucho tiempo sin encontrar aquella anhelada entrada.

—¿Debería dormir aquí? - Ya era de noche, solo se podía sentir el sereno frío de la oscuridad, el agua se encontraba en calma, el no quería admitir que se había equivocado de camino, y estaba más que perdido.

Soltó un suspiro, y se colocó encima de una piedra cubierta de algas.

— Esto servirá - se colocó de lado, y dispuesto a dormir, cerro sus ojos.

En medio del silencio y la paz poco a poco el lugar que había escogido Zoro empezó a llenarse de luz blanca. La sensación era extraña, parecía que había llegado al momento y lugar exacto sin saberlo.

— ¿Ahora que? - Pensó fastidiado, su día ya había sido lo suficientemente agotador como para que algo más sucediera.

La Luna baño al agua con su luz de una manera tan extraordinaria, que incluso el fondo del mar, podía sentir el poder.

Cómo perla blanca, el rayo de luz se dirigía justamente hacia el malhumorado tritón moreno. Todo lo que la Luna alcanzó con su brillo entro en un trance profundo, todas las criaturas miraban al cielo como si de una deidad se tratara, los ojos del mar reflejaban el blanco dentro de sus almas.

El peliverde miró la escena asombrado, sin duda no podía encontrar una respuesta lógica a lo que estaba viendo en ese preciso momento.

— ¿Que está pasando? Parece que mis sueños con el principe no son tan raros después de todo.

Aunque parecía que esa luz no estaba logrando nada en Él, sus ojos también cayeron en el trance. A lo lejos se escuchaba la voz hipnotizante de algo, que cada vez sentía más cerca.

Continuará...

𝐀𝐧𝐡𝐞𝐥𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora