Capítulo 11: "Vínculo"

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Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen.

— ¿Lloraste? - Pregunto el rubio algo preocupado. Jamás lo había visto así antes, por lo que suponía que de verdad estaba pasando por algo difícil.

— No fue así, solo quería meditar por un momento y accidentalmente acabe dormido, tal vez por eso mis ojos están rojos ahora - Dijo hundido en sus pensamientos - ¿Cuando llegarán los demás?

— Deberían llegar aquí nuevamente en una hora ¿Hacemos algo para distraernos?

— No estoy de humor - Respondió comiendo lo que Sanji le había entregado.

— Está bien, entonces solo hablemos - Sonrió - ¿Por qué crees que el universo marino te eligió para poner toda la magia que posees? - preguntó despreocupado.

— ¿Me pides que invente una razón para eso? - Dijo por fin soltando una sonrisita.

— ¿Por qué no? A este paso tu podrías proteger más a East Blue que yo - Dijo mirando hacía la superficie.

— No digas eso, que todo el pueblo te adora - Respondió con la boca llena.

— Yo ya no lo creo. Permitir que nos invadieran, nos robaran, también que matarán a los soldados de la guardia real, que tenían familias a las cuales regresar. Que la esperanza se perdiera al no asegurar las puertas lo suficientemente bien. Fallé en muchas cosas, así que siento que ese título de "principe", ya no me lo merezco en absoluto.

— No tenía idea de que pensabas tan mal de ti - miró el perfil del chico de ojos azules algo confundido, no podía creer lo que estaba escuchando.

— No tienes idea en verdad, el tema de la realeza tiene consigo mucha presión. No siempre saldrá todo como lo queremos y además te sentirás culpable por las mismas cosas por siempre. Cómo esta guerra, que pudo evitarse si hubiera firmado el acuerdo -Era verdad Goldfish había llegado con la propuesta de una alianza, el problema es que era para empezar la guerra en otro de los países cercanos, por lo que el resultado tal vez sería el mismo.

— Las cosas no se pueden evitar, pasan por algo y te guían por el camino correcto. Es una elección que tomaste firmemente, y no deberías arrepentirte de haber puesto como prioridad el bien del pueblo - Al parecer no estaba cumpliendo con lo que decidió anteriormente, porque en ese momento, y bajo la luz del sol, su rubio brillaba hermosamente - Además no sabes lo bello que te ves para los demás tanto en alma como en espíritu, el solo hecho de seguir allí para tu gente a pesar de todo, demuestra el tipo de tritón que eres.

Sanji volteó su mirada hacía el de ojos verdes, ahora parecía él, el que iba a llorar, jamás imaginó que podía ser visto de esa manera ante los demás. Sintió que le devolvían la fuerza que le faltaba para continuar con todo esto hasta el final.

— Eres muy amable capitán Zoro, gracias por sus palabras, las recordaré incluso cuando volvamos a pelear - su sonrisa seguía presente.

— En realidad no me gusta pelear, sólo que contigo nunca ha sido facil tener una charla normal - contestó - Y menos cuando te tengo cerca.

Se podía sentir mucho calor de parte de ambos, cada uno miraba a diferentes lados y evitaban que sus miradas chocarán con la intención de no hacer sentir incómodo al otro.

— ¿A qué se refiere?¿Acaso está diciéndome lo que creo? - Se preguntó el principe mientras intentaba calmar los latidos de su corazón - No, no, debe ser un malentendido.

— ¿Por qué no me respondió nada?¿Lo hizo por respeto? - pensó el de ojos verdes con mucha preocupación - De seguro ahora empezará a tomar distancia, eres un tonto, tonto, tonto -Dijo dándose un golpesito en la cabeza - Lloraste para llegar a una conclusión que sería por el bien de los dos y sin embargo sabiendo como eran las cosas decidiste actuar sin descendencia, que vergüenza.

— ¡Chicos!¡Llegamos! - Gritó Chopper a la distancia.

El resto del grupo se acercaba sobre raya rápidamente.

— Miren todo lo que conseguimos - Apuntó Ussop a Franky que traía un carrito lleno de materiales hechos con sus propias manos.

— ¿Soy increíble verdad? - Sonrió victorioso el ciborg.

— ¡Si que lo eres! - respondieron al unisono.

— En ese caso deberíamos partir ahora, estamos a cuatro horas del East Blue y muchos nos esperan para la batalla - Dijo serio Sanji.

Asintieron, estaban listos para enfrentar este asunto, pase lo que pase.

— ¿Que esperan? ¡Suban! - Dijo Jimbe a los dos sonrojados, pues eran los únicos que no se encontraban sobre raya.

— C-claro - Respondió el moreno tartamudeando.

Ya con todos los presentes listos, le dieron la señal a la criatura bebé y emprendieron su camino.

Zoro y Sanji se sentaron juntos inconscientemente, seguían un poco aturdidos ya que no sabían lo que pasaba por la mente del otro, no obstante tampoco expresaron alguna emoción y eso por dentro los estaba matando.

— ¿Estás bien? - Le pregunto susurrando al rubio.

— Si ¿Por qué lo preguntas? - Respondió lo más calmado que pudo, pues por dentro se repetía esa misma frase una y otra vez haciendo que su cuerpo se sintiera extraño.

— Por qué me preocupa, no quiero que te enojes conmigo - Sus ojos se encontraron, y está vez ninguno desvío la mirada.

— No estoy enojado, solo no se lo que quieres.

— ¿Lo que quiero? - Su cuerpo temblaba, no quería decir algo inoportuno y menos cuando delante de ellos estaban todos los demás.

— S-sí, no lo entiendo - respondió con su voz algo cortada.

Zoro inclino un poco su torso para quedar más cerca del principe y seguido a eso enredo su dedo meñique con el de él.

— ¿Q-que estás...? - Se encontraba muy nervioso, no sabía cómo reaccionar, sus ojos azules se abrieron como platos y su sonrojo se extendió por todo el cuerpo.

— Te ves muy lindo en este momento - le dijo con voz gruesa y seductora.

— N-nos van a ver, no te acerques más -Susurró, sin embargo no se movió ni un milímetro del gesto que le mostró el espadachín.

— ¿Es decir que si ellos no estuvieran aquí, podría hacer este tipo de cosas? - sonrió con picardía. Había llegado demasiado lejos y aunque su corazón se encontraba latiendo alocadamente, no pensaba perder esta oportunidad - ¿No me vas a responder?¿Dónde está el chico que me dijo "cantas muy lindo, casi pensé que me derretiría al oírte"? - susurró cerca de su oído.

No lo estaba tocando, sin embargo un montón de sentimientos lo recorrieron de arriba a abajo descontroladamente. Se encontraba inestable e indefenso. Él solo decidió quedarse callado y retomar su vista al frente, pues sentía que podía verlo todo a través sus ojos.

El peliverde se alejó tomando de nuevo su posición inicial, sentía que tal vez lo había presionado demasiado y que debía darle algo de espacio para pensar. No era tonto y después de esto seguramente le daría algún tipo de respuesta.

Sus corazones seguían latiendo a la par, sus manos aún enlazadas por los pequeños dedos de ambos... No dijeron nada más, simplemente se quedaron así todo el recorrido, disfrutando del suave tacto que compartían en su mundo.

Continuará...

𝐀𝐧𝐡𝐞𝐥𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora