Capitulo 15: "Espada, Corona y Collar"

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Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen.

El grupo de criaturas de manera alineada y ordenada continuaron sin imprevisto alguno. Todos pensaron que los tiburones llegarían a arrancarles las aletas de un mordisco, pero el viaje no se desarrollo de esa manera.

Zoro iba de último para escoltar a la fila, se encontraba feliz de empezar con su proceso de servir y llevar la paz a cada rincón de estás aguas.

Observaba como poco a poco todos los presentes se comenzaban a relajar, pues ya no faltaba mucho para llegaran a su destino.

— ¿Señor Zoro? – Preguntó el pez cazón.

— ¿Que sucede? – Le respondió poniendo total atención al pequeño.

— Me preguntaba – Se detuvo un momento buscando la forma de decirle algo a su salvador – ¿Podría usted colocarme un nombre? – Se giró hacia el espadachín mirándolo a los ojos con seriedad.

— ¿Estás seguro de que quieres que haga algo tan importante? – El pececito solo asintió – En ese caso lo pensaré, y ya te diré, a ver si te gusta.

— ¡Gracias Señor Zoro! – Dijo está vez es una reverencia contento.

Pasaron unos minutos y la puerta de el palacio se fue llenando de las criaturas sin nombre.

— ¿No podemos entrar? – Preguntó uno de los bebés.

— Claro que sí, es solo que lo tenemos que hacer juntos para que el principe sepa que fuí yo el que los trajo aquí. Recuerden que hace un día la guerra terminó, todos están muy nerviosos y no quiero que piensen que ustedes son parte del enemigo – Dijo en voz alta para todos el mitad tritón.

Después de su aclaración, todos se hicieron una bolita de criaturas preciosas, listas para empezar su nueva vida en East Blue.

Zoro abrió la puerta con los brazos. Le costó un poco ya que no sabía usar del todo bien sus piernas, pero al cabo de unos segundo estaba abierta de par en par.

— Ya pueden pasar, bienvenidos.

Con diferentes expresiones en sus rostros, las criaturas de diferentes colores entraron al castillo. Con lo que no contaban era con encontrarse dentro con un montón de personas ordenadas en el salón principal, esperando a su héroe.

Sanji lo esperaba en su trono algo confundido, pues pensaba que iba a regresar con algunos sobrevivientes, pero la población seguía y seguía entrando por la puerta, además de que su espadachín se encontraba algo diferente físicamente.

— ¿Todos se encontraban a salvo? – Preguntó el rubio en voz alta llamando la atención de los que se encontraban en la sala.

— No exactamente Principe – Sonrió con algo de vergüenza – Descubrí la razón por la que todo esto me estaba pasando, por la que este poder había llegado a mí.

Está vez ya no solo había gente curiosa al rededor, sino un público que estaba totalmente atento a lo que estaba saliendo de sus labios.

— Es algo difícil de explicar, pero quiero que sepan que mi misión desde el día de hoy, hasta el día que muera, es proteger el océano de las cosas malas que puedan ocurrir, ustedes son mi prioridad y voy a hacer todo lo posible por cumplir con mi palabra. La razón por la que tengo piernas es que el alma del antiguo rey de los siete mares y la mía se han convertido en una sola. La voluntad de Él corre por mis venas y continuaré con ese legado con todo el amor y cariño que le tengo a este mundo.

Nadie dijo nada. La sonrisa del peliverde se comenzó a convertir en una falsa, el momento estaba siendo tan incómodo, que no sabía cómo escapar de allí.

𝐀𝐧𝐡𝐞𝐥𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora