Capitulo 4: "Criaturas Insólitas"

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Disclaimer: Los personajes de esta historia, no me pertenecen.

El foco de atención era el brillo hipnotizante que penetraba cada célula de los hechizados. Por su parte el espadachín luchaba por no dejarse dominar por esa fuerza, no quería que ocurriera otro incidente como el de aquella vez.

— ¿Quién eres? - Dijo sudando a causa de su resistencia contra el poder de la Luna.

La profecia del Angel del cielo se está desarrollando. Depende de ti lo que pase al culminar - Dijo una voz clara y suave.

— ¿A qué te refieres? - Estaba desconcertado. No podía ver bien, estaba cegado por la luz que atacaba directamente a sus pupilas, sus extremidades no respondían, y además una voz que salía del aire le estaba hablando - ¿Acaso me estoy volviendo loco?

Era mucha información diferente a la que estaba acostumbrado. Nada de lo que había sucedido desde el día anterior era normal dentro de su mundo. En toda la historia del universo, del East Blue, había ocurrido un suceso tan difícil de digerir.

No te asustes, no puedes cambiar el destino que tienes en tus manos. Te guiaré cuando sea necesario, cuando pienses que tú rumbo a cambiado, estaré allí para recordarte lo mucho que vale Rononoa Zoro.

Una nube espesa y negra pasó en medio de la resplandeciente Luna, acabando con el efecto cegador que ese algo había causado, una chispa corto el hilo que unía a todos los presentes, y cuando esto sucedió al unisono quedaron inconscientes.

Nuevamente la luz de la mañana, la luz del sol había llegado a sus párpados. Está vez había descansado lo suficiente para poder seguir con su travesía, no había tiempo que perder.

— ¿Ayer llegué por aquí? - Volteo su cabeza para la izquierda, había muchas especies flotando dormidas am rededor - Eso no se ve bien, ¿Tal vez por allá? - volvió a hacer el mismo gesto pero a la derecha viendo el mismo resultado - No estoy seguro de donde estoy, pero seguiré mi instinto - afirmó orgulloso de su decisión.

Siguió derecho por el camino que había elegido con seguridad, lo estaba haciendo con calma, pues ya no quería gastar energía innecesaria en su camino y menos con su sentido de la orientación.

— ¿Acaso tuve un sueño extraño otra vez?¿Tendré un trastorno? - recordó lo que había ocurrido la noche anterior, en su mente el recuerdo estaba muy fresco, y si había sido un sueño, se había sentido demasiado real - Tal vez mi mente busca mecanismos de defensa para justificar mis actos - tenía razón en su lugar cualquiera habría desarrollado un escudo mental para negar lo ocurrido, pero Zoro no era así, el enfrentaba las consecuencias, por muy dolorosas que estás fuesen.

Antes que nada estaban sus principios como tritón y miembro superior de la guardia real, su honor era lo que más importaba pasara lo que pasara.

— No estoy llegando a ningún lado - nado en círculos desesperado - ¡Soy patético! - le pegó a una roca y está se rompió en pedacitos.

El estruendo alertó a las criaturas del alrededor, estaba muy claro que se habían asustado, la zona se conformaba de varios corales que cubrían la gran boca de un volcán profundo y era un milagro que el golpe de furia del moreno no haya provocado cosas más desastrosas. Los peces, cangrejos, pulpos, mantarrayas, salieron como si su vida dependiera de ello, en este caso literalmente, causando que se alborotara la tranquilidad de muchas vidas.

— ¡Espera! - Dijo con la intención de comunicarse con el último pez cazón que estaba escapando, este solo volteo y con las aletas temblando respondió.

— ¡Tenemos que salir de aquí! ¡El lugar no es seguro! - El miedo que mostraba era real, ¿Por qué vivian en este lugar tan inseguro?

— No, escúchame, solo golpeé una roca, ¡No pasó nada con el volcán!

— ¿Lo dices en serio?

— ¿Por qué mentiría?

El pez cazón dudo un poco, el tritón parecía ser buen sujeto, pero no lo convencía del todo. Esa zona era conocida por el grupo de tiburones blancos que asesinaban a cualquiera que no siguiera sus órdenes, es decir, podía ser un espía.

— ¡Soy chiquito pero no soy tonto! ¿Que quieres? - Dijo con presencia, no quería verse débil ante Él.

— Me perdí, no sé cómo llegar al East Blue. ¿Podrías llevarme hasta allá? - el tono de voz del pez cambió.

— Estamos a cinco minutos nadando, te aseguro que nadie se perdería. Sigue derecho por el camino de piedras y llegarás sin problemas - se volteo con la cabeza alta, al parece ese seria el mismo camino que tomaría el pequeño.

— ¿Puedo ir contigo? De verdad no lo creerás pero mi sentido de la orientación es terrible ¡No puedo seguir nadando un día más!

— Te creo, está zona no es muy turística, es muy raro que sirenas vengan por aquí.

— ¿Por qué viven aquí? No sé ve seguro y las probabilidades de que predigan una erupción son muy bajas.

— Tenemos que hacerlo, no tenemos opción.

— ¿No tienen opción?

— Así es, nuestros jefes desde hace generaciones nos tienen secuestrados. Usan collares de electricidad en nosotros y al ser animales marinos, que no tienen otra opción que vivir en agua lo más seguro es que con una descarga moriríamos de forma cruel.

— ¿Y los tienen aquí porque el rey jamás sospecharía que criaturas viven sobre un volcán, verdad?

— Exactamente, la única manera de salir de aquí es que nos compren, pero esa opción tampoco nos agrada, podemos terminar en una cena, abusados o simplemente como sirvientes, pero la idea de separarme de mis padres ¡es horrible!

Entendía todo, era un pequeño pecesito de dos meses y ya estaba informado sobre todas esas cosas y aceptando que era la vida que le tocó vivir tal vez hasta el final de sus días ¿El mundo siempre había sido tan repulsivo?

— De hecho ellos deben estar esperándome ¡Vamos más rápido! Tampoco debemos ser vistos cuando corremos hacía el refugio.

— ¡Entendido! ¡Te sigo capitan! - el pecesito se rio al ver su actitud juguetona y nadaron rápidamente, intentando vivir ese instante, olvidándose de todo el dolor que realmente guardaban por dentro.

Continuará...



𝐀𝐧𝐡𝐞𝐥𝐨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora