JASON
Observé la hora en la laptop, 《3AM》. Encontrar un hotel en la mejor parte de la ciudad fue gracias a los dólares que pude obtener de los trabajos anteriores. Talía se ofreció a darme una cuenta de banco con dinero transferido desde la suya, aunque era algo tentador, sentía que me pagaba por haberme acostado con ella.
Era estúpido, pero últimamente sentía la necesidad de verla nuevamente. Tal vez porque, desde que volví a la vida, la única emoción cálida que he sentido ha sido gracias al sexo. No es como si Talía no me parecía una mujer asombrosa, solo es que, hay veces en las que odio la forma en la que me ve. Como si fuera un muñeco que usara para suplantar a Batman. Pero ese mismo odio es suplantado por extinción cada vez que me toca.
Ver a esa pareja besuquearse en el elevador debió despertar mis pensamientos y recuerdos sobre mi vida sexual. Era estúpidamente triste la forma en la que a veces me sentía solo.
Arrojé el dispositivo de rastreo sobre la mesa y tecleé en la laptop, buscando y analizando los detalles necesarios para el encuentro de la noche siguiente. Más y más fotografías sobre el incidente en Gotham cubran la pantalla.
—Deberías descansar —su voz viene desde la cama. La vi de reojo levantarse de la cama y caminar hacia el armario.
—Debo preparar el plan para esta noche. Si algo sale mal...
—Si no descansas será peor —asegura, y volteo sobre mi hombro para verla, se pone de puntitas y extiende las manos hacia una de las batas. Mis ojos caen a su trasero, la camiseta se alza por sobre sus muslos y es hasta que parte de sus glúteos quedan a la vista, que vuelvo a voltear rápidamente hacia la pantalla de la laptop—. O podrías divertirte un poco más.
Frunzo el entrecejo al oírla soltar eso con una voz diferente a la usual. Puedo distinguir cuando alguien intenta seducirme.
Es su hija.
Cierro los ojos y paso mi mano por el rostro, escuchándola caminar por detrás mío. Inhalé y exhalé lentamente.
Es su hija.
—Iré a darme un baño, ¿no quieres venir? —su comentario santurrón solo me hace gruñir por dentro, aunque no sé si de enojo o otra cosa—. Ya, cálmate. No pienso morderte —ríe, antes de entrar al baño.
Suspiro y regreso al computador. Dejo los archivos descargando. Me levanto de la silla, paso los dedos por mi cabello y cierro los ojos por unos segundos, recapitulando todo lo sucedido hoy.
Siento la frustración golpeando directamente en mi mente, los recuerdos de Bruce y sus palabras taladran mi cabeza. Una parte de mí, aquél niño huérfano que fue salvado, quería perdonarlo. Aún así, sentía decepción, pero... no logro descifrar si de él o de mí.
Abro los ojos y camino hacia la cama. Desabrocho el chaleco antibalas dejándolo caer a un lado, me quito los guantes, tomo los extremos de la camiseta para quitármela y dejarla en una esquina de la habitación. Me apoyo contra la pared y me quito los zapatos, dejándolos sobre la camiseta sucia. Avanzo hacia el armario para agarrar la otra bata. Me daría una ducha rápida antes de descansar un poco.
Observo con atención la suave tela entre mis manos, no tocaba algo así desde la última vez que estuve con Talía en Egipto. Había pasado casi un año desde entonces.
Giré para ir nuevamente hacia el asiento, pero me detuve al ver la puerta del baño abierta. El agua de la ducha podía escucharla desde aquí, su voz en un suave tarareo y el vapor empañando el espejo frente a la puerta.
Por unos segundos, mis instintos me llevan a querer caminar hacia allí, pero mi mente me detiene y logro mirar hacia otro lado. El que ella me hubiera invitado no significa que estuviera bien ir, porque ella sigue siendo la hija de ese hijo de puta.
No podía pasar esa línea con ella, era peligroso. No conocía su vida, su relación con él, todavía tengo sospechas de que sea una de sus secuaces y que estuviera llevándome a una trampa. Pero hay algo en ella que me impide dejarla ir, quiero pensar que es por el miedo a ser descubierto, aunque sé que una parte de mí solo quiere evitar que la maten.
—Que estupidez. —gruño, pensando en que realmente es idiota de mi parte preocuparme por la hija de mi asesino.
—Vaya, sabía que escondías algo debajo de ese chaleco —su voz me hace voltear a ver hacia el baño nuevamente—. ¿Qué fue lo que te hizo todo eso?
Su atención está puesta en mi abdomen, pero la mía está en su rostro, parece preocupada o asustada. Sabía que estaba viendo las cientos de cicatrices que adornan mi cuerpo desde aquél día.
—¿Terminaste? Me daré un baño, vigila la entrada —ordeno, pasando por su lado.
—¿No temes que escape? —dice a mis espaldas.
—Escapa y muere. —cierro la puerta.
—¡Ay, que tierno! —suelta sarcástica.
(...)
NOTA DEL AUTOR: c vienee...
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SIBILINO | JASON TODD [1]
Fanfiction❝ CUANDO PISAS EL INFIERNO, YA NADA PUEDE MATARTE. ❞ Lucy es una de las muchas bailarinas exóticas del club nocturno Perfect Dolls, pero ahí se esconden varios fugitivos de la ley y los problemas no tardarán en caer sobre ella. LUCY QUINN x JASON TO...