Un pequeño daltónico y uno ciego. Un duo dinámico de mejores amigos que crearán su propio mundo de colores
O...
La historia de dos amigos de la infancia que vuelven a encontrarse años después donde las cosas cambiaron bien cabron.
SANWOO (SAN TOP...
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Tiempo… le había pedido tiempo antes de desaparecer de nuevo.
—Tengo miedo — le dijo —, creo que he estado acostumbrado a que mi vida sea una mierda que ahora que todo se está acomodando me parece tan extraño — le había llamado a mitad de la noche, se escuchaba asustado pero también notó la decisión en cada una de sus palabras —Sé que suena estúpido pero… no sé, quiero pensar un poco.
—¿Pasó algo? — todo le parecía tan extraño, WooYoung llamando en la madrugada diciendo que quería tiempo, a tan solo una semana antes de entrar a la escuela, por un momento se asustó, pero decidió escucharlo. Y entendió que una vida tranquila y feliz sin correr peligro y sin trabajos sexuales de por medio era extraña y abrumante para WooYoung.
—No — respondió de inmediato —, sólo necesito tiempo para pensar en mí, serán un par de días, lo prometo, luego haremos lo que quieras, saldremos a donde quieras y yo…
—WooYoung — interrumpió soltando una risa nasal —, no importa, me encanta que pienses en ti, a tu manera pero que lo hagas.
Escuchó un suspiro pesado, como si hubiera estado cargando con la tensión todo ese momento —¿Puedes esperarme?
Y recordando a la bella persona que le pedía eso, estaba seguro de que valía la pena, WooYoung valía toda la pena, a pesar de su pasado, de las decisiones que llegó a tomar, a pesar de todo, estar con WooYoung era vivir una maravilla que valía todo.
—Por supuesto que sí.
Y aunque se había mostrado seguro con eso, no evitó ponerse triste y eso su madre lo había notado. Ya había pasado la semana tras la huida de WooYoung, sin embargo todos sabían que sería la última, lo malo de eso es que el menor se tomaba muy enserio lo de "tiempo para mi" y no contestaba llamadas, tampoco le llegaban los mensajes y no daba señales de vida. A diferencia de otras veces en esta aseguró que no tardaría el mes que usualmente era, avisó su destino pero no donde se quedaría y también se enteró que le mandaba breves mensajes a su madre y solía preguntar por Yeonjun y por él.
No importaba si se excedía de la semana, él seguiría esperando.
En esos días se había dedicado a terminar el libro que comenzó escribiendo la semana que WooYoung se quedó en su casa, y tras los acontecimientos posteriores a esos días, gracias al estrés y los problemas constantes, no pudo terminar. Al día siguiente tendría que levantarse temprano para irse a la escuela, MinGi lo había llamado horas antes para pedirle que fuera con él a la fiesta que le había mencionado antes de vacaciones, y después de todo lo que pasó se olvidó por completo, aceptó asistir sólo para distraerse un poco y dejar de pensar en WooYoung y lo mucho que lo extraña.
Esa tarde, el último domingo de vacaciones, estaba sentado en el sofá de la sala de estar de la familia Kang, a su lado YeoSang quien no dejaba de morderse las uñas como si compartieran el mismo nerviosismo, y no era para menos, frente a ellos estaba Jeon (ahora Kang) JungKook, un hombre duro, serio e imponente cuando se trataba de su trabajo, un maestro de Filosofía en la universidad más importante de Seúl, ahora trabajando en la preparatoria cerca de su hogar y de su familia. Sus estudiantes lo describían como alguien demasiado brusco a la hora de hablar, y que su honestidad podía doler dependiendo de tu trabajo, si le gustaba te felicitaba no sin antes recalcar tus errores, pero si no lo hacía no se detenía hasta dejar muy en claro que tu trabajo había sido una mierda.
