"Susurros De La Madrugada"

Lilith 1

En las sombras del tiempo y el misterio se esconde una leyenda olvidada,que ha sido revelada en sueños a un escritor loco, susurros que atraviesan los milenios y se entrelazan con el destino de los primeros seres. En el paraíso, mucho antes de la existencia de Adán y Eva, una mujer habitaba en soledad y anhelo. Su nombre era Lilith, la primera mujer, enamorada perdida de la divinidad suprema.

Dios, en su búsqueda de compañía para Lilith, creó a Adán y a Eva mas dio por esposa para Adán a Eva en lugar de a Lilith. Sin embargo, en un insondable acto de celos, Lilith se acercó a Satanás y lo convenció de sembrar la semilla del engaño en Eva para que muriese. El oscuro pacto fue forjado, pero cuando Satanás tuvo a Eva frente a sus ojos, el hechizo de su belleza lo atrapó. Cambió su plan y ofreció a Eva el fruto del bien y del mal, desafiando así al Dios creador.

Ante la presencia divina, Satanás proclamó su supuesta verdad " ¡Oh! Señor mío, rey de reyes, aquella criatura perfecta que diste por compañía al hombre y has exaltado ante tu creación, ha comido del fruto del bien y el mal, con el fin de arrebatar el poder del Dios viviente". Engañado por la artimaña, Dios maldijo a Eva, condenándola a convertirse en la personificación de la muerte. Expulsada del paraíso, Eva cargó con la maldición, mientras Lilith y Satanás celebraron su victoria momentánea.

Sin embargo, cuando Lilith se acercó a Adán, esperando conquistarlo en su vulnerabilidad, se encontró con un hombre afligido por la pérdida de Eva. Sus lágrimas inundaban su ser, y Lilith lo menospreció por su debilidad. Llena de venganza, Lilith buscó nuevamente a Dios y le susurró al oído: "Oh señor, aquel a quien has exaltado como Estrella de la Mañana y Samael, ha sido engañado por Eva. Pero maldito sea el hombre que se rinde ante el poder de la mujer".

Con el corazón cargado de pesar, Dios maldijo al hombre y lo desterró del Edén, bautizándolo como Leviatán. Satanás, arrepentido de sus acciones, finalmente confesó la verdad a Dios. El Creador, consciente de su error, con justicia divina, acabó con la vida de Lilith y Satanás. Tomando sus pieles, vistió a Eva, ahora conocida como la Muerte, y otorgó ropas a Adán, rebautizado como Leviatán.

Esta oscura leyenda, tejida en las telas del tiempo, nos recuerda que los hilos del engaño y la venganza pueden entrelazarse en el destino humano. En los pliegues de la historia, se esconden verdades ocultas y sombras que acechan en la penumbra, recordándonos que incluso los seres más divinos pueden caer presa de la tentación y la traición.