Dos son Compañía

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En el lúgubre y aislado páramo de Silent Hill, un pueblo maldito envuelto en una niebla perpetua y atormentado por el eco de pecados pasados, residían las hermanas mellizas Meilin y Meilen, unidas por un vínculo inquebrantable pero atormentadas por un secreto oscuro.

Su tranquilo mundo se hizo añicos con la llegada de Sam, un enigmático extraño con ojos penetrantes, una sonrisa inquietante y un gran cabello rizado que enmarcaba su rostro como una aureola oscura. Se infiltró en su hogar, tejiendo una red de mentiras y manipulación que las hermanas no pudieron resistir.

Mientras Meilin se dejaba seducir por el encanto superficial de Sam, Meilen desconfiaba cada vez más. Los sueños perturbadores la atormentaban, susurrando advertencias sobre el peligro que se cernía sobre ellas.

Una aciaga noche, mientras Meilin y Sam compartían un momento íntimo en la biblioteca de la antigua mansión, Meilen irrumpió, sus ojos llenos de terror. "¡Cuidado, Meilin!", gritó. "Él no es quien dice ser".

Pero antes de que Meilen pudiera explicar, Sam la agarró por el cuello y la estranguló sin piedad. Meilin presenció el horror, paralizada por el miedo, su sangre helada en sus venas.

Cuando Sam finalmente soltó el cuerpo sin vida de Meilen, se volvió hacia Meilin con una sonrisa retorcida. "Ahora es tu turno", susurró, su voz un escalofriante susurro que resonó a través de la silenciosa mansión.

Meilin huyó por los pasillos oscuros, su corazón latiendo con fuerza en su pecho como un tambor de guerra. Pero Sam la perseguía implacablemente, su risa resonando a través de la mansión como el canto de un espectro, su gran cabello rizado ondeando detrás de él como una bandera de locura.

En un momento de desesperación, Meilin tropezó y cayó en un espejo antiguo. El vidrio se hizo añicos, enviando fragmentos afilados volando por el aire como dagas heladas. Meilin agarró un fragmento de vidrio y lo hundió en el corazón de Sam.

Sam se tambaleó hacia atrás, una expresión de incredulidad en su rostro. Luego, se desplomó en el suelo, su sangre formando un charco oscuro en el suelo y su gran cabello rizado extendiéndose a su alrededor como un halo siniestro.

Meilin se quedó allí, temblando de miedo y conmocionada. Miró su reflejo en el espejo roto, pero la imagen que le devolvió la mirada no era la suya. Era la de su hermana gemela, Meilen, con los ojos llenos de tristeza y reproche.

Mientras la sangre de Sam se filtraba por las grietas del espejo, Meilin sintió un escalofrío recorrer su cuerpo. ¿Quién era ella? ¿Era Meilin o Meilen? ¿O era algo más siniestro, una amalgama de ambas atormentada por el pasado y el presente?

El espejo roto se convirtió en un portal a una realidad distorsionada, donde la verdad y la ilusión se entrelazaban como la niebla que envolvía a Silent Hill. Meilin se perdió en un laberinto de sombras, perseguida por los fantasmas de su pasado y el misterio sin resolver de su propia identidad.

Años más tarde, investigadores encontraron Silent Hill en ruinas, la mansión aún en pie pero desmoronándose, el espejo roto aún intacto. Dentro del espejo, vieron el reflejo de una mujer joven, pero su rostro era una unión bizarra de Meilin y Meilen. Su cabello era un gran rizo oscuro, como el de Sam.

"¿Quién eres?", preguntaron los investigadores, su voz temblando de miedo y anticipación.

La mujer sonrió, una sonrisa que era a la vez triste y triunfal. "Soy ambas y ninguna", respondió. "Soy el reflejo de una tragedia, un testimonio del poder de la locura y el misterio que permanece sin resolver".

Y con eso, la mujer desapareció, dejando atrás solo el espejo roto y el enigma de su identidad, y el inquietante legado del gran cabello rizado de Sam.

Mientras los investigadores salían de Silent Hill, sintieron un escalofrío recorrer sus cuerpos. Habían vislumbrado el corazón de la oscuridad, un lugar donde el pasado y el presente se entrelazaban en un siniestro baile de sombras y secretos. Y sabían que el misterio de Meilin, Meilen y Sam permanecería sin resolver para siempre.

Pero lo que el diablo jamás esperó, es que Sam tenía un hermano gemelo, que acampaba en las sombras esperando para masacrar, así, ninguna mujer en aquel lugar se atrevió a dar a luz mellizas ni gemelas, pues estas representaban una maldición...

"Susurros De La Madrugada"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora