Capítulo 22. 1𝄞 Tú Por Siempre

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Los tenía a ambos mirándome, podía sentir que las manos me sudaban y mi corazón parecía querer salir de mi pecho. Tomé aire y estaba realmente segura de mi respuesta. Miré a Xylon y me acerqué a él.

—Xylon, sé que en el poco tiempo que hemos tenido he llegado a sentir algo por ti. Pero, no estaría lista para casarme, no contigo. Siempre he tenido en mente a alguien que no puedo olvidar.

Él cerró sus ojos y me tomó de las manos, abrió sus ojos lentamente —. Adina, yo te amo mucho, no puedo obligarte a hacer algo que no quieres y lo entiendo. Cuando estés lista puedes decirle a mi asistente sobre el futuro de la empresa. —me dio un abrazo. Me susurro que me quería mucho, pero no podría volver a verme, no hasta que su corazón sanará. Se alejó y dijo que se haría cargo de cancelar todo.

Mire como desaparecía tras la puerta. Yo me quité el velo y empecé a quitarme la joyería que tenía encima.

—Adina… —Zayran me abrazo por la espalda —. Perdóname por haber sido un torpe. Jamás debí haber…

—Zayran, no es tu culpa haber sido tan irrespetuoso. Pero, cuando te vi. Cuando me dijiste todo jamás hubiera creído que el verdadero problema estaba en mi casa.

Solté su abrazo y me voltee a mirarlo a los ojos, tome su rostro en mis brazos y sonreí.

—Extrañaba todo de ti, tu suave tacto.

—Jamás te puede olvidar. —acariciaba su mejilla y acomodaba su cabello. Él se acercó a mí sobrepuso su frente en la mía, recordaba esta sensación. Una que no podía dejar. Acerqué mis labios a los suyos y le di un beso.
Él tomó mi rostro y me regreso el beso con más pasión.

Me alejé de él y le sonreí —. ¿Te parece que nos larguemos de aquí?

Yo asentí, me voltee para tomar mi bolsa y mire a mi mano. Aún tenía el anillo de compromiso, lo tome y lo deje justo donde estaba todo lo que no iba a necesitar jamás. Tome mi vestido alzando lo y camine hacia la puerta, Zayran salió primero y me extendió la mano. Este era lo que siempre había soñado. Miraba hacia atrás y recordaba todo lo que pase. Pero, era momento de mirar hacia el futuro. Mire a Zayran y extendió mano hacia la suya. La tomé y comenzamos a acorrer. Corrían os hasta salir por la iglesia. Me sentía como en una novela.

Había gente afuera que nos veía, pero no le daba importancia. Me reía al ver sus rostros, corrimos hasta llegar a la mitad del camino miré hacia atrás y pude ver la iglesia que ahora era pequeña y estaba muy lejos. Mire al frente. Zayran seguía sosteniendo mi mano.

—¿Qué sigue ahora? —pregunte sin aliento mientras seguíamos corriendo

El volteo a verme, una sonrisa se dibujó en su rostro

—Ahora, Adina, comienza nuestra verdadera aventura una donde tú y yo brillemos —dijo Zayran, con una chispa de emoción en sus ojos, me llena a de adrenalina tan solo de ver su mirada —. Vamos a vivir al máximo, sin ataduras ni compromisos que nos detengan.

Nos detuvimos un momento para recuperar el aliento. El sol comenzaba a ponerse, pintando el cielo con tonos anaranjados y rosados. Zayran me miró con ternura y tomó mi mano con firmeza.

—¿Qué te parece si empezamos por este pueblo? Podemos parar unos días y después volver a la ciudad —sugirió, señalando hacia el horizonte, aquel que dejaba ver un hermoso pueblo encantador que te atrapa a con su vista. Ya sabía la razón por la que la boda era en este lugar.

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