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Un momento, aún hay una cosa más


MACK

Ax, todavía en su estado oscuro, se giró. Sus ojos teñidos de negro contemplaron a sus hermanos parados en ese patio, detrás de él.

Me pareció que ni él entendía cómo es que se habían manifestado, porque por un momento no pudo moverse, solo pudo estar ahí, respirando, cansado.

Hasta que la forma más cercana a él, la que tenía esa silueta femenina y que lo ayudó a comprimir a la criatura, caminó hasta detenérsele en frente.

Ax extendió su mano hacia ella, pero de una forma en que la palma quedara hacia arriba. Ella también la extendió, pero con su palma hacia abajo. Y antes de hacer algo, él miró de nuevo a los demás que estaban quietos.

Una lágrima negruzca se deslizó como una línea por una de sus mejillas. Eso convirtió la escena en algo tan conmovedor. En especial porque yo, después de oírlo en el avión culparse por sus muertes, de llorar por no haber estado ahí para defenderlos, entendía bien la razón de esa lágrima:

Primero, por el shock y la nostalgia de encontrarse con ellos, sin vida. Unas vidas que jamás se volverían a recuperar. Unas vidas que a él le dolía haber perdido.

Y segundo, por la realización de que ellos no lo culpaban por sus muertes. La realización de que no lo habían abandonado. La realización de que su deseo de justicia no fue en vano porque ellos también habían aparecido para hacer justicia por él.

A pesar de que nueve de ellos se habían ido, siempre estarían conectados, no solo por su naturaleza como STRANGE, sino también por su lado humano. Por su lealtad.

Así, los dedos de ambos se tocaron, y sin más, las siluetas se desvanecieron dejando en claro que como la lucha por la vida del número uno había terminado, su energía y su presencia también.

En todo el patio quedó un silencio. Ese de cuando se ha enfrentado un peligro tan grande que la alerta de que pueda surgir de nuevo sigue dentro del cuerpo.

—¿Terminó...? —fue la voz de Nolan, cargada de duda y temerosa expectativa, la que lo rompió tras unos minutos.

Todos, aun parados en nuestros lugares, volvimos a recorrer el patio con la mirada. No había ningún soldado alrededor. El cuerpo de la criatura ya estaba calcinado por completo.

Ax se giró hacia nosotros. Salió de su estado oscuro y toda su piel volvió a su color normal. A la vez, Vyd y la chica también dejaron de ser controlados y recuperaron sus consciencias.

Fue allí cuando Nolan lo entendió. Cuando sus ojos se abrieron muchísimo de realización.

—¡¡¡TERMINÓ!!! —Un salto de emoción acompañó a ese repentino, triunfal y exaltado grito que dio. Una emoción que jamás había sentido, una felicidad que iluminó su rostro sucio y le dibujó la más amplia de las sonrisas—. ¡¡¡Se acabó!!! ¡¡¡Esta horrible mierda se acabó!!! —Alzó los brazos con la cabeza inclinada hacia el cielo—. ¡¡¡SE TERMINÓÓÓÓÓ!!!

Dan y Gesher se miraron uno al otro. Bajando sus armas lentamente, de seguro todavía nerviosos, soltaron unos suspiros entre de risa y alivio.

Yo volví la cara hacia donde estaba Ax, tan conmovida que sentí acumuladas en mi pecho las ganas de llorar. E igual salieron: lágrimas y una risa al mismo tiempo.

—Terminó... —susurré en un aliento quebrado.

Su lágrima oscura se había quedado en su mejilla, pero él extendió una mano hacia mí y sorprendentemente esbozó la más mínima pero significativa de las sonrisas: la del alivio, la de «estoy casi hecho polvo por todos los golpes, por las heridas y por toda esa endemoniada lucha, pero hemos ganado», así que no lo dudé ni un segundo más y fui hacia él.

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora