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Una cosita más, solo UNA más y ya

MACK

—¡Nolan, Dan, Mack! —Fue lo primero que escuchamos apenas salimos del perímetro de la casa de al lado y avanzamos por la acera en dirección a la calle—. ¡Están aquí! ¡Están aquí!

Era Teodorus. Desesperado, corrió hacia nosotros con los brazos al aire como un loco feliz. En su cara primero hubo una sonrisa de alivio, de triunfo, que por supuesto luego se curvó hacia abajo para pintar su expresión de un miedo pálido en cuanto vio el estado físico en el que Dan venía sobre el hombro de Ax.

—¡¡¡Dan!!! —gritó, corriendo más rápido hacia nosotros—. ¡Mi hijo! ¡¿Qué le pasó a mi hijo?! ¡¿Está muerto?! —Sus ojos ya estaban llorando cuando llegó hasta Ax. Quiso sostenerlo, aterrado, tembloroso. Pero Nolan intervino rápido.

—No, tranquilo, Dan no está muerto. —Trató de calmarlo, tomándolo por las manos ya que Teodorus ahora quería quitárselo a Ax y tomarlo él mismo en sus brazos. Aunque yo no creí que nos estuviera oyendo bien dentro del sufrimiento que era ver a su hijo con esa piel gris, desmayado—. Necesita atención médica, pero vivirá. —Nolan tuvo que tomarlo por los hombros con cuidado—. Escúchame, vivirá. Te explicaré a detalle qué pasó, pero vivirá. ¿Tú estás bien? Dinos qué pasó por tu lado.

Teodorus, con el rostro lleno de lágrimas, tragó saliva. Asintió repetidamente, y poco a poco como que empezó a recuperar el aliento, aunque su boca tiritaba por las lágrimas.

—Perdí la comunicación, luego la chica se despertó. —Pasó su mirada sobre ella, aunque sin juzgarla—. Intenté detenerla, pero ella bloqueó las puertas. Estuve allí hasta hace veinte minutos. Cuando se abrieron intenté entrar a la mansión, pero esa niebla negra no me lo permitió. Estuve muy asustado por las llamas, pero... tú estás bien —Palpó a Nolan, mirándolo de arriba abajo—. Estás vivo. Herido, pero vivo. —No pudo evitar jalarlo y lo abrazó—. Pensé que no...

Yo pensé que Nolan no le iba a devolver el abrazo, pero sí lo hizo. Fuerte, aferrándose a él. Luego se separaron, y Teodorus me miró a mí.

Extendió su brazo hacia mi antebrazo.

—Mack, niña valiente. —En serio parecía que él no quería seguir sollozando, pero no podía parar. Me sonrió con el labio inferior temblando. Puso su mano en mi mejilla sucia—. Me alegra que también estés bien.

Yo le devolví la sonrisa. También me alegraba que él estuviera bien.

En realidad era... increíble que todos estuviéramos bien. Me tomé un momento para pasear la vista sobre cada uno y wow, estábamos hechos una mierda, pero enteros. ¿Qué clase de milagro era este tan bonito?

—Ya, vayamos al avión que mientras más rápido lleguemos para que nos chequeen, mejor —ordenó Gesher. Hasta en su tono había un deseo de acabar ya con todo eso.

Que sí, todos compartíamos. Lo que más ansiábamos era el gran cierre, que asumí sería ese.

Hasta que Nolan abrió la bocota.

—¡Un momento! —exclamó para todos. Nuestras atenciones se fueron a él—. Ustedes vayan a la Organización primero. Yo me quedaré aquí con mi padre. Cuando lleguen allá, envíen un avión más pequeño por nosotros.

Mi cara fue el más absoluto:

—¿Qué?

—No son muchas horas, y ya no hay peligro... —quiso decir él muy tranquilo como si se tratase de esperar a que un amigo fuera a por el cuaderno que se le quedó en casa, por eso lo interrumpí, mirándolo como si estuviera loco:

S T R A N G E © [Parte 1 y Parte 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora