Ya había pasado una semana desde la inauguración de la tienda, y el negocio iba viento en popa. En un momento de calma, cuando no había nadie en la tienda aparte de Bastián y yo, decidí hacer una videollamada a mi familia, ya que los echaba mucho de menos.
—¡Hola! ¿Y papá? Decidle que se levante de la siesta y se ponga también —dije, viendo a mi madre y mi abuela en la pantalla. Ambas se rieron.
—¡Luc, ven, que ha llamado la niña! —llamó mi madre. Poco después, mi padre apareció en la pantalla.
—¿Cómo te va? —preguntó mi padre.
—Muy bien, todos los días tengo muchos clientes, estoy muy contenta —respondí con una sonrisa.
—Cuánto me alegro.
—Mirad, os voy a enseñar la tienda —dije, girando la cámara para mostrarles el local. Bastián apareció en la pantalla.
—Bastián, ven, te voy a presentar a mi familia.
—¿Ese quién es? ¿Tu novio? —preguntó mi padre, provocando que Bastián y yo nos riéramos al unísono.
—No, papá, es mi empleado —aclaré, todavía riendo.
—Ah, hola Bastián —dijo mi padre.
—Hola —respondió Bastián con una sonrisa.
—Ayuda mucho a mi niña, Bastián, por favor —dijo mi abuela.
—Claro, yo le ayudo muchísimo —respondió Bastián, guiñando un ojo.
Después de charlar un rato, tuvimos que despedirnos porque una clienta entró en la tienda, y nos pusimos a trabajar. La clienta necesitaba ayuda para encontrar un conjunto como invitada para una boda.
—¡Buenas! ¿Cómo te puedo ayudar? —le dije a la clienta con una sonrisa.
—Hola, buscaba un conjunto para una boda —respondió ella.
—Pues has venido al lugar perfecto, tenemos de todo —respondí con entusiasmo.
Empecé a mostrarle todos los vestidos que tenía. A la clienta le gustaron especialmente dos: uno celeste, ceñido al cuerpo y largo, y otro rosa chicle, más suelto.
—Son preciosos. ¿Los has hecho tú? —preguntó la clienta, admirada.
—Sí —respondí, sintiéndome orgullosa.
—Pero parecen hechos por un diseñador famoso.
—¡Muchas gracias! —dije, riendo.
—Es la verdad. Por cierto, trabajo para una revista de moda y creo que tu boutique debería salir en nuestra publicación. La gente tiene que conocer este sitio.
—Claro, claro, te doy mi número para que me contactes —dije emocionada.
—Perfecto.
No me lo podía creer. Mi boutique iba a aparecer en una revista. En cuanto se fue Noa, la clienta, corrí a abrazar a Bastián con todas mis fuerzas.
—¿Te has enterado, Bastián? ¡Mi boutique va a salir en una revista de moda!
—¡Sí! Te lo mereces, Cloé —dijo Bastián, abrazándome aún más fuerte.
—No me lo creo, es increíble.
—Créetelo, está pasando.
—Ay Dios, tengo que contárselo a Lisa. ¿Sabes qué? Vamos a celebrarlo en la cafetería de mi amiga Lisa, así la conoces también.
—Lo que tú digas, jefa —respondió Bastián con una sonrisa.
Nos quedamos un poco más en la tienda hasta las ocho, luego cerramos y nos dirigimos a la cafetería de Lisa.
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Runway
RomanceChloé una joven de 25 años consigue cumplir su sueño de abrir una boutique en París tras mucho esfuerzo. Sin embargo, se encuentra la gran oportunidad de participar en un concurso que le podría dar la fama necesaria para convertirse en una gran dis...