Tras otra larga semana de trabajo, llegó el viernes: el día del desfile de Luxton.
Fui a la peluquería para que me hicieran unos rulos en el pelo, y Lisa me maquilló. Me puse uno de mis diseños favoritos: un vestido beige ceñido de palabra de honor, largo por encima de los tobillos, y unos tacones bajos blancos. Bastián había quedado en recogerme en coche, así que me puse a esperarlo.
—Ya estoy abajo —decía el WhatsApp de Bastián.
Bajé y vi su coche, un precioso Audi A5 blanco. Bastián se bajó para abrirme la puerta.
—¿Seguro que eres Cloé? —dijo, sorprendido al verme.
—Anda, déjate de bromas que llegamos tarde —respondí riendo.
Cerró la puerta al montarme y luego se subió al coche. Llegamos en muy poco tiempo, unos diez minutos, y no tuvimos que buscar sitio ya que había un guardacoches en la entrada. Todo era muy lujoso; menos mal que nos habían regalado las entradas.
—Qué pasada —dije al pasar por la puerta del Grand Palais, donde se celebraba el desfile.
—¿Quieres que te haga una foto? —preguntó Bastián mientras entrábamos.
—Luego, que ahora está lleno de gente —respondí, maravillada por el lugar.
El sitio era impresionante. ¿De verdad esto era real? Estaba lleno de gente, pero logramos llegar a donde estaba el staff que nos llevó a nuestros asientos. Nos guiaron hasta nuestro sitio en primera fila, rodeados de diseñadores y famosos.
—¿Emocionada? —susurró Bastián.
—Mucho. Qué ganas de que empiece —respondí.
—Ya queda poco. ¿Quién irá a tu lado? ¿Algún famoso importante? —dijo Bastián, mirando el asiento vacío junto al mío.
En ese momento, Gabriel Luxton pasó frente a nosotros y se sentó a mi lado. Sentí una mezcla de nervios y vergüenza.
—¿Has visto quién está a tu lado? —me susurró Bastián al oído. Asentí con la cabeza, justo cuando Gabriel dijo algo.
—¿Vosotros no sois los de la otra noche? —dijo Gabriel con un tono soberbio. Nos había reconocido, mierda.
Bastián y yo nos quedamos callados, sin saber qué responder. Al ver que no decíamos nada, él siguió hablando.
—¿Cómo habéis conseguido este sitio? Aquí iba Noa —Gabriel parecía molesto.
—Noa nos dio las entradas —le dije.
—¿Por qué haría eso Noa? —preguntó Bastián, confundido.
—Noa vino a la tienda de Cloé y vio el talento que tenía, ya que otros no quieren ir porque se creen superiores —respondió Bastián antes de que yo pudiera decir algo. No podía creer lo que acababa de decir.
Gabriel nos miró con desprecio y luego se giró, ignorándonos por completo.
De repente, las luces se apagaron, dejando solo unos focos en la pasarela. Cuando las modelos comenzaron a desfilar, sonó "God is a Woman" de Ariana Grande. Los conjuntos eran increíbles, pero lo más impresionante era que casi todas las modelos miraban a Gabriel con ilusión al pasar por la pasarela. Sin embargo, él no les devolvía la sonrisa, permanecía totalmente serio.
¿Cómo podía gustarles tanto este hombre tan desagradable?
Bastián y yo comentábamos sobre cada uno de los conjuntos, pero Gabriel no paraba de hacer un ruido con la garganta para que nos calláramos.

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Runway
عاطفيةChloé una joven de 25 años consigue cumplir su sueño de abrir una boutique en París tras mucho esfuerzo. Sin embargo, se encuentra la gran oportunidad de participar en un concurso que le podría dar la fama necesaria para convertirse en una gran dis...