Capítulo 14

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—Bastián, no te vas a creer dónde será el próximo reto —le dije con entusiasmo, esperando que no se molestara como la última vez.

—¿Dónde? —respondió, levantando la vista de su trabajo, aunque sin mucho interés.

—En Nueva York. ¡Voy a ir a Nueva York, Bastián! Va a ser increíble.

—¿En serio? ¿Y por qué? —su tono no era precisamente de alegría.

—No sé, me lo dijo Gabriel ayer, pero aún no conozco el reto exacto.

—¿Y cómo es que te lo ha dicho a ti? —Ahí estaba, molesto otra vez.

—No lo sé, pero olvida eso, ¡me voy a Nueva York! —intenté desviar la conversación a lo positivo.

Bastián no dijo nada más y siguió trabajando en silencio. No le hacía ninguna gracia que me fuera. Decidí ignorar su actitud; debería alegrarse por mí, al fin y al cabo, éramos amigos, solo amigos.

Cuando terminó el día, sentí que necesitaba ver a alguien que no estuviera enfadado conmigo. Fui a visitar a Lisa, mi amiga incondicional.

—Estoy muerta, el día ha sido agotador —dijo Lisa dejándose caer en el sofá con un suspiro.

—Igualmente, necesito vacaciones urgentemente —respondí, dejándome caer a su lado.

—Y yo —dijo con pena, compartiendo mi sentimiento de agotamiento.

—Por cierto, te tengo que contar algo súper fuerte —dije, mi entusiasmo renovado.

—¿El qué? —me miró con curiosidad, levantando una ceja.

—¡Me voy a Nueva York, el próximo reto es allí! —exclamé, y Lisa me miró sorprendida antes de abrazarme con fuerza.

—¡No me lo puedo creer! ¡Llévame contigo, Cloé!

—Ojalá pudiera llevarte —respondí riendo—. Por cierto, hay otra cosa que necesito contarte —necesitaba desahogarme con alguien sobre Gabriel.

—¿Qué otra cosa? —preguntó, visiblemente confundida.

—Pero no puedes contárselo a nadie —dije, con seriedad.

—Te lo prometo.

Le conté lo del beso con Gabriel, nuestra cita y todo lo que había sucedido en los últimos días. Al terminar, Lisa tenía la boca abierta de la sorpresa.

—Pero, pero, pero, ¿te gusta? —preguntó Lisa, clavándome la mirada. Era justo la pregunta a la que no sabía cómo responder.

—Eh, no sé, ¿tú qué opinas? —respondí, intentando ganar tiempo.

La verdad era que me gustaba estar con él. Gabriel era increíblemente guapo, me trataba genial, y me ponía nerviosa cada vez que estábamos juntos. No podía parar de pensar en él últimamente, y el beso... El beso se había sentido como algo que había estado esperando desde hacía mucho tiempo.

—Es que es muy fuerte, Cloé. Gabriel Luxton está enamorado de ti —dijo Lisa, sus ojos brillando con emoción.

—A ver, enamorado, tampoco —traté de restarle importancia.

—Cariño, hace dos meses que no sacan a Gabriel con ninguna modelo. Justo el tiempo que lleva conociéndote. Y él siempre ha sido un mujeriego. ¡Y dios, cenó con tu familia, Cloé!

—Ya lo sé —dije, suspirando. Lisa tenía razón, pero aún me costaba creerlo.

—Pero, ¿a ti te gusta? —insistió.

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