Afrodita De Piscis

Oportunidad

Fic para celebrar el cumpleaños de Saga.

La elegante ceja se alzó casi con desdén cuando uno de los custodios del tercer templo al servicio de Poseidón entró al suyo sin permiso, colándose hasta su amado jardín. Afrodita, apartó la manguera con la que regaba sus flores y caminó hasta pararse frente a Kanon, quién contemplaba en silencio el lugar y a ella.

—¿Qué quieres? —sin formalismos y sin una pizca de amabilidad.

—Hablar —respondió Kanon sin inmutarse—, tienes un lindo jardín.

—Que sepa, no tenemos que hablar y sí lo sé, yo misma lo he creado —no había altanería en su voz, simplemente informaba un hecho.

—Claro que sí tenemos de qué hablar, Saga —respondió sin inmutarse. Afrodita no varió su gesto ante la mención de su hermano—. Se ha encerrado en Géminis y no sale más que para atender sus deberes. Ni siquiera sale a pasear a los alrededores.

—¿Y por qué me lo dices a mí? —Kanon empezaba a odiar ese maldito tono neutro con el que hablaba.

—Porque hablar con él me es imposible, ignora todo lo que le digo y se está deprimiendo, estoy preocupado y tú fuiste de sus más leales allegados —omitió deliberadamente decir que Deathmask y Shura fueron los que le dijeron hablara con ella. Ahora pensaba que habían jugado con él.

—No sé qué quieres que haga y la verdad es que no me importa, si me disculpas, tengo cosas que hacer.

—Hiciste muchas cosas por él —respondió intentando contener el enojo—, creí que esto no sería nada. Qué tal vez te importaría, me equivoqué.

Afrodita lo vio marcharse y soltó un suspiro de disgusto. Odiaba que le hablaran de Saga y le recordaran lo que hizo por él. No se arrepentía, ni mucho menos, pero siempre le quedó la espina de que nunca la reconoció como ella quería. Siempre existió esa maldita barrera de líder-subordinado, él ordenaba y ella obedecía. Fue a preparar café

Seguía en su jardín, repasando la breve charla con Kanon. Ahí la encontraron Shura y Deathmask, que, a diferencia de Kanon, sí tenían permiso para entrar ahí sin invitación. Se habían topado al general marino de camino ahí y por su cara de pocos amigos, no le había ido muy bien con Afrodita, algo que ya se esperaban, pero estaban seguros que había movido algo en ella.

—No te vez muy contenta —comentó Deathmask como al descuido.

Y tuvo razón, ya que Afrodita comenzó a despotricar en contra de Kanon. Ellos se limitaron a escucharla, pero sabían perfectamente como proceder, tenían un plan qué pondrían en marcha al día siguiente.

Afrodita despertó temprano y comenzó con sus actividades diarias, sin quitarse de la mente la fecha: veintinueve de mayo, al día siguiente sería el cumpleaños de Saga y parecía que nadie planeó nada para celebrarlo. Las palabras de Kanon volvieron a su mente. Se preparó para bajar a su entrenamiento diario.

Sus ojos no se apartaron de él y pudo constatar lo que el Dragón Marino le había dicho: Se limitaba a cumplir con su deber. Incluso sus interacciones con Aioros eran limitadas y se mantenían dentro del estricto orden del entrenamiento. Un golpe de parte Mu la hizo maldecir a los gemelos por desconcentrarla de esa forma.

—Afrodita ¿estás bien? —preguntó Aries preocupado.

—Sí, tranquilo, no fue nada.

—Estás distraída, algo poco habitual en ti...

—No te preocupes, de verdad, no es nada, pero tienes razón, no estoy concentrada. ¿Lo dejamos?

—Por supuesto —sonrió y ambos se en caminaron a las gradas—. Mañana es el cumpleaños de Saga —comentó, Afrodita rodó los ojos—. Según me dijo Aioros, no quiso que lo celebrarlo.