¡¡¡Volvííííí!!! Traigo el siguiente onshot de mi pequeña serie Afrofem. Turno del cangrejo. Espero les guste.
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Los blancos dedos repasaron con parsimonía las simples inscripciones de la lápida que tenía enfrente. Afrodita, lanzó un sonoro suspiro mientras luchaba contra las lágrimas que amenazaban con escapar de sus ojos. Un frío viento meció sus cabellos y le sonrió ligeramente a la fría piedra.
—Fuiste demasiado orgulloso.
Dijo en voz alta, aunque sabía que solo la noche podía escucharla o eso pensó hasta que giró su rostro y se encontró con Mu observándola desde la distancia. Hizo un leve gesto despectivo y lo ignoró. No podía molestarse con él por estar ahí, sabía que no lo hacía por gusto, si no por órdenes. A pesar de que había conseguido el indulto, Aioros, qué había sido designado como Patriarca luego de la guerra de los Doce Templos, la mantenía vigilada por protocolo.
—Ojalá estuvieran aquí —susurró levemente antes de levantarse y caminar hacia donde se encontraba Mu —. Buenas noches —saludó sin emoción.
—Buenas noches, Afrodita, yo...
—No tienes qué decir nada —cortó las disculpas que estaba segura Mu le iba a dar —lo entiendo. Regresemos.
Caminaron hacia Aries dejando que el silencio los envolviera. Era extraño para ambos relacionarse, pero se tenían que hacer a la idea de pasar tiempo juntos. Mu había sido asignado a vigilarla y pedir un cambio era mala idea, ya que era el único que no la miraba con reproche. Afrodita sonrió a la noche con amargura.
—Mañana necesito ir al pueblo a comprar provisiones —le dijo cuando estuvieron frente a Aries sin girarse a verlo.
—¿Quieres ir temprano?
—Si no te importa.
—No —Mu reafirmó con un ligero movimiento de cabeza —le pediré a Aldebarán que vigile a Kiki.
—Gracias —respondió simplemente y se alejó.
Caminó hacia Tauro a paso lento, quería retrasar lo más que pudiera su paso por los doce templos, en ese momento maldecía ser del último. Todavía no se hacía a la idea de que Shura, Saga y Deathmask no estuvieran.
Hacía una semana que había tenido lugar la batalla de los doce templos, semana en la que había tenido que soportar interrogatorios y cuidar de las heridas que había recibido durante su pelea con Shun. Pelea que no había terminado en tragedia gracias a la intervención de Aioros, quien había aparecido de último momento convirtiéndose nuevamente en el héroe de la diosa. Sonrió con sarcasmo.
Encontró a Aldebarán sentado en las escaleras de su templo y lo saludó con un simple gesto de la mano y siguió andando hasta géminis sintiendo el corazón latir más rápido; ese templo siempre estuvo abandonado, pero sabía que su dueño estaba cerca de ella y ahora... «al menos ahora estás en paz», pensó mientras cruzaba el tercer templo. Sabía lo que Saga había sufrido con aquella guerra, así que, aunque le dolía su ausencia tenía que aceptar que era lo mejor.
Cáncer no fue tan sencillo, no más entrar, sintió la ausencia del guardián de aquel frío y lúgubre templo. Los rostros fúnebres habían desaparecido de las paredes; eso era algo positivo, siempre había encontrado aquello repulsivo. Sin embargo, había respetado esa parte de él. Había sido un buen amigo a pesar de sus múltiples defectos y seguro que el tiempo de vida —que probablemente no era mucho —iba a resentir su ausencia, incluso más que la de Saga. Vagó por el templo en penumbras hasta encontrarse con Cáncer en su caja.

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Afrodita De Piscis
Hayran KurguAquí encontrarán mis historias hetero con Afrodita de protagonista. Advertencias⚠ -Incluye Afrofem. -Algunos fics pueden tener contenido sexual explícito (+18)