capitulo 6

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Gálvez al terminar de leer el documento alcanzo a ver el carro de Claudia fuera de su delegación. Pero los ojos de su amiga estaban rojos, su corazón hizo que se preocupara, a lo que hizo que bajara de forma rápida de esa oficina, cuando llego al carro veía a su homóloga como ida, a lo que se acerca a la ventana

-Corazón, estás buscando distraerte, son $850 con todo y lugar – con una voz sexy Gálvez, a lo que Claudia le regala una sonrisa – pero si quieres en tu carro, la vuelta al mundo en $450 y solo necesitas mis labios son $300

Claudia se sonrojo por esa respuesta de Gálvez ya toda sonrojada, esta mujer se empieza reír, y la hace ingresar a la delegación. La invita a la oficina, ve que estaba trabajando, a lo que la de Tlalpan se siente culpable de interrumpir su trabajo.

-que te paso hermosa, y perdona mi broma de mal gusto – tomando asiento en la oficina y tomando nuevamente los papeles que solo le hacía falta una firma – te veo mal, dime quien te lastimo.

-en si la que tenía que decir lo de tu broma era yo, ya que soy donde están las chicas dando dulces y medias – haciendo que Gálvez se sonrojara, al decir esa declaración, pero no tenía con quien más hablar lo que había pasado hace unas cuantas horas – será a mí misma, pensé que mi matrimonio tenía crisis pero se fue al carajo, me pidió el divorcio y la verdad tengo que revisarlo con abogado

Xóchitl tomando el documento, viendo que estaba todo a favor de Claudia y solo lo que peleaba ese hombre eran sus objetos personales y algo de la cuenta mancomunada, en eso la de Tlalpan empieza a llorar, a lo que la de miguel hidalgo se acerca a abrazarla, no sé cuánto tiempo se quedaron así, comenzó una lluvia torrencial que provoco que se fuera la luz; se quedaron a oscuras solo podían sentir sus cuerpos abrazados, en eso a Xóchitl recordó el "dormitorio de su antecesor", había teléfono y luz en ese lugar. Hace que Claudia la siga, lo cual a esta se extraña, caminando a lo largo del lugar con poca iluminación le ponía nerviosa. Al llegar a ese cuarto que estaba escondido dentro de ese sitio, se sorprendió un pequeño departamento

-hay luz, hay Wii-fi, en pocas palabras estaba equipado – mostrando el lugar a Claudia, lo cual le cayó de extraño, tenía menos de dos meses en el cargo y ya había mandado hacer esto – te aclaro, fue de mi antecesor, me lo mostraron hoy pedí que lo equiparan

-sabía que hacia cosas indecentes pero esto es raro, en mi caso mi antecesor iba a la bodega, encontramos una colchoneta y cosas raras – tomando asiento en esa cama King, mientras Xóchitl estaba en la cocineta, preparando unas sopas instantáneas y unos emparedados, sacando unas chelas de aquel frigo-bar, ambas dándose cuenta que estaban mojadas por la lluvia; sus blusas quedaron mojadas a lo cual se sonrojaron- creo que tenemos que quitarnos las blusas sino nos vamos a enfermar

-tienes razón, déjame buscar unas toallas para secarnos – sacando un par de toallas del pequeño closet, a lo cual Claudia toma una de ellas y procede a cambiarse, a lo que Xóchitl acomoda la luz tenue para no incomodar, ya que se había puesto roja, dándole un gancho para colgar su camisa mojada – si necesitas algo dime

-mujer cámbiate, no me perdonare si te enfermas por mi culpa – tocando el pecho húmedo sobre la blusa de Xóchitl, ese toque eléctrico nuevamente se presentó – si quieres reviso las sopas, tu cámbiate

Ambas solo quedaron con los pantalones y en toples si no fueran por las toallas. Ambas estaban nerviosas, tomaron distancia y comenzaron a comer esa sopa que les calentó el cuerpo, y tomaron unas latas de cerveza

-falle como esposa, no lo satisfacía, siempre buscaba algo más desde que nos casamos, me case enamorada – tomando su cuarta lata de cerveza la de Tlalpan – si hubiera hecho la vuelta al mundo, tal vez no se hubiera aburrido, no sé qué carajos es eso.

CaprichoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora