lovesick | NCT

02.

En mi mente siempre paso la pregunte de ¿cómo se sentirá salir con alguien mayor?, ver películas románticas donde los chicos son los mayores, hizo que creara esta fantasía, que siempre me hizo preguntar ¿de verdad el amor era mejor a su lado?, no digo que con Johnny pase algo más que una salida a comer helado, pero esto estaría cumpliendo (de alguna manera), mi gran fantasía.

Mi papá siempre me sobreprotegió para ciertas cosas, para otras, me dejaba hacer lo que quisiera, las salidas no eran algo que estuviera en mis manos. Obviamente, no me dejaría salir con Johnny, menos porque sabe cómo es. Por eso le inventé que iría a casa de Mark, le dije que veríamos películas y que comería con él, por si llegaba algo tarde a casa. Mi papá ama a Mark, así que, fácilmente, pude salir de casa a eso de mediodía.

Quedé con Johnny que nos veríamos a las 12:30 en el centro comercial cercano a mi casa, me puse el mismo vestido de aquella ocasión, mí vestido azul de tirantes delgados y rayas blancas. Sería una salida muy casual, así que me puse unos tenis blancos. Quería verme bonita, obvio, pero no quería llevar tanto como para verme fuera de lugar, solo era una especie de cita para comer un helado, sin nada de por medio.

Mark sabía a la perfección mi plan, y sabía que no me delataría, no soporta a mi papá.

¿Quién soporta a mi papá? Ni mi mamá, ni mis hermanos, y yo, mucho menos. Podía hacer lo que quisiera, aunque tuviera que mentir un poco.

Le mande un mensaje a Mark una vez llegué al centro comercial, le pedí que en caso de que Johnny me dejase plantada (porque siempre me gusta pensar de más), que pasara por mí, para hacer más convincente que estaba con él. Llegué a heladería donde quedé con Johnny, una de mis favoritas. Me senté en las bancas fuera del establecimiento, mandándole un mensaje diciéndole que ya estaba aquí, y sorprendentemente, llegó al instante, luciendo tan bien.

Nadie lo podía negar, Johnny Suh era muy atractivo, y más para una adolescente, justo como yo. En él se reflejaban mis más profundos anhelos de lo que pensaba era "el hombre perfecto": alto, guapo, musculoso. Talvez sea algo muy superficial, pero no buscaba más.

-Hara –llegó conmigo, dejando un beso en mi mejilla-

Eso me hizo estremecer. Nunca me acostumbraron a saludar de beso, aunque no me molesta, pero me extraña muchísimo que lo hagan.

-Hola Johnny –sonreí, una vez se sentó frente a mí-

-Disculpa la pequeña tardanza, había tráfico a la entrada.

-Está bien, llegué aquí hace no mucho.

-Perfecto –sonrió- ya que estamos los dos, ¿te apetece ordenar? –asentí-

Como todo un buen caballero, fue el quien se encargó de pedir nuestros helados. No quería verme muy aprovechada, pero él insistió y pedí la bola extra de chocolate que tanto quería. El mesero que nos atendió lucía extrañado, era obvio, lucía mucho menor que Johnny, en todos aspectos, pero le agradezco no haya tenido el atrevimiento de preguntar un poco sobre la extraña pareja que atendía.

Pareja. Creo que me delante demasiado.

Acerqué el helado más a mí, y con una sonrisa, comencé a comerlo. Johnny no mucho después, me siguió. Aún no había plática, y eso me incomodaba un poco. No soy la mejor como para comenzar a hablar con alguien a quien no conozco, y digo, no es como que a Johnny lo conozca muy bien, pero había cercanía después de verlo por años y hablar brevemente con él.

-¿Cuántos años tienes? –Pregunto, comiendo de su helado otra vez-

Tantos años conociéndome y sigue sin saber cuántos años tengo.

-Tienes la misma edad que mi hermano, soy 8 años menor que tú –susurré lo último, me daba algo de vergüenza que alguien me escuchara-

Abrió los ojos sorprendido, supongo que no esperaba que fuera tan pequeña.

-Pensé que ya tenías dieciocho.

-Aún no, me faltan 2 años todavía –sonreí, relajando un poco mis hombros-

-Es que no luces como alguien de 16.

Me miro de una manera que hizo mi cuerpo estremecer. Le miré sorprendida, no esperando esa respuesta. Mi respiración se aceleró y mis manos temblaron un poco. Varias personas me habían dicho que lucía un poco mayor, pero no con otra intención, me gusta seguir mi instinto y por como Johnny me lo dijo, pensaba un poco diferente a los demás.

-¿Eso es bueno?

-Tómalo como quieres –rio, echándose hacia atrás en el respaldo de la silla-

-Bueno... creo que lo tomaré como un cumplido –sonreí un poco-

Miraba mi rostro, inspeccionando cada milímetro de él. Sus ojos iban desde mis cejas hasta mi barbilla, parando en el último viaje sobre mis labios. Tragué saliva y desvié la mirada a otro lado.

-volvió a reír- si tu hermano supiera lo que te dije, ya me hubiera golpeado -una pequeña risita salió de mi boca-

-Yo creo que sí.

-¿Sabe que estás conmigo?

-No...

-¿Alguien sabe? –Entrecerró sus ojos-

Yo igual entrecerré los míos, sintiendo algo de desconfianza en su pregunta. Si le decía que solo un amigo sabía, me vería expuesta de una manera, y aunque no le debo explicaciones, no quería contestarle con la verdad.

-No realmente –metí otra cucharada de helado en mi boca, una sonrisa se formó en sus labios-

-Bien, esto será nuestro pequeño secreto.