08.

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Lunes.

Los lunes a las 6 de la mañana son mi peor enemigo, pero debo de ir a la escuela. Escuché mi alarma, y creo que la apagué, pero aun así, no me levanté. Sonó otras dos veces y supe que ya era momento de pararme, prendí la luz de mi cuarto y busqué mi uniforme en el armario.

Aún adormilada, logré cambiarme y entrar al baño para lavarme la cara y arreglar mi pelo. Tardé unos 20 minutos haciendo eso, y escuché a mi papá gritar desde las escaleras que me apurara, seguro ya voy tarde. Me perfumé y tomé mi mochila para bajar a la cocina, donde me encontré a mi papá tomando una taza de café.


-¿Y mi desayuno? –dije, después de haberlo saludado-

-No hay. Hoy compraras algo en la escuela.


Le hice una mueca, el almuerzo de la escuela no es muy bueno.


-¿Tienes dinero? –Negué con la cabeza y me dio varios billetes- esto te debe alcanzar para toda la semana.

-¿Toda la semana? ¿Vas a salir? –asintió-

-Estaré fuera de la ciudad hasta el fin de semana, confío en que te puedes cuidar, pero aun así tu hermano estará al pendiente.

-Está bien –tomé una manzana y salí de casa-


El camino a la escuela siempre es silencioso, y me gusta que se mantenga así. Miré a la ventana, admirando el paisaje matutino que la ciudad me brindaba. Llegué a la escuela más rápido de lo que imaginé, tomé mis cosas y bajé, estaba por entrar pero mi papá me llamó.


-Me iré unas horas después de que regreses a casa, pero estaré ocupado, Doyoung pasará por ti. Y por favor, espera a que él llegue, no quiero que vaya a buscarte a casa de una de tus amigas.

-Ok... que te vaya bien –sonreí-

-Gracias Hara, te quiero.

-Yo también te quiero.


Me alejé del carro y arrancó para tomar de nuevo el camino. Entré a la escuela, sin encontrar a mis amigos, supongo que es muy temprano o a mí se me hizo tarde. Me acerqué a mi casillero para guardar lo que no necesitaba y lo que ocuparía para estas primeras horas.


-¡Hara, Hara, Hara! –escuché mi nombre desde lejos y miré a esa dirección, encontrándome con Aeri, solamente le sonreí-


Una vez llegó conmigo, me abrazó.


-¿Por qué tan efusiva? –reí después de separarme de ella-

-Sabes que soy así, pero tengo que preguntarte algo.

-Claro –cerré mi casillero y tomé mi mochila de nuevo-


Tomó de uno de mis brazos y comenzó a caminar, haciéndome hacer lo mismo. Avanzamos un buen tramo y seguía sin decirme nada, casi llegábamos a la cafetería y su silencio comenzaba a resultarme molesto.


-¿Por qué tanta intriga? ¿Qué me quieres preguntar? –reí-


La vi sonreír y luego reír.


-¿Saliste con Johnny?


Oh, vaya.


-¿Qué? –paré y la miré, sorprendida-


Juro que te mataré, Mark.


-Lo que escuchaste, ¿saliste con Johnny?

-¿Quién te dijo?

-¿O sea que si es real? –Dijo, abriendo su boca por la sorpresa-

-Pues... digamos que sí, pero dime quien te lo dijo.

-Por favor Hara, ¿quién más? Me dijo Mark.


Mark Lee, solo porque te quiero mucho no haré más.


-Le pedí que no dijera nada –suspiré-

-¿Si saliste con Johnny? –dijo casi gritándolo-

-Si Aeri, si salí con él, pero no es necesario gritar –tapé su boca y solo la vi reír-

-Ok, ok, perdóname. Pensé que tus fantasías de salir con él eran solo eso, fantasías.


Yo pensaba lo mismo.


-No es para tanto Aeri, solo... me invitó a comer un helado.

-¿Quién te invitó un helado? –Dijo Sumin, uniéndose a nuestra platica junto con Yuna-


Solo las miré. Esto solo era entre Mark y yo, pero ahora mis otras tres amigas lo quieren saber, y no puedo ocultarlo.


-¿No nos dirás? –Dijo Yuna, jalando de mi brazo-

-Johnny. Johnny me invito a comer helado.


Las dos no dijeron nada, pero por sus expresiones pude descifrar que estaban sorprendidas, y no las culpo, yo estaría igual.

Yuna me miraba muy sorprendida, Sumin igual, pero en su mirada podía sentir que me estaba regañando por hacerlo.


-¿Saliste con Johnny? –dijo Sumin, una vez proceso lo que dije. Solo asentí- ¿Qué tienes en la cabeza, Hara?


Ni yo lo sé, querida Sumin.


-Solo fue una salida, no es para tanto –comencé a caminar, quería evitar las preguntas a toda costa-

-No, no, no, espérate –Sumin tomo de mi brazo, haciéndome parar-


Sumin era muy parecida a mi hermano, siempre protegiéndome y tratando de hacerme pensar coherentemente. Si Doyoung fuera mujer, sin duda seria como Sumin.

Agradezco tus intentos de ayudarme a darme cuenta de que lo que hago está mal, pero ya lo sé, gracias.


-¿Cómo paso eso?

-Pues... estaba en mi casa, platicamos un poco y unos días después, me pregunto si quería salir con él... y ya, eso fue todo.


Mis amigas me conocen tan bien que saben que les miento.


-Si Hara... sabemos que paso más, pero nos lo dirás cuando te sientas lista, no te vamos a presionar –dijo Yuna, evitando que Sumin continuara con su interrogatorio, y se lo agradezco de verdad-

-¿Estas consciente? –pregunto Sumin, haciendo a Yuna suspirar-

-¿De qué me hablas?

-Johnny es mayor que tú, por varios años... esto puede terminar no muy bien Hara...

-Lo sé Sumin, sé muy bien que es mayor que yo, pero decidí salir con él, y no creo que se repita, fue para pasar el rato nada más –asintió, ya sin decir ya mucho-

Espero que volvamos a pasar el rato como hace unos días, espero tus llamadas y mensajes todos los días y a todas horas. 

lovesick | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora