04.

190 6 0
                                    

Salimos del centro comercial después de aquella escenita. Su mano ahora estaba en mi muslo, apretándolo cada que detenía el carro. No estaba segura de a donde me llevaría, pero a mi casa era obvio que no, no me cogería ahí. En un camino muy parecido al que me lleva a mi casa, terminamos por llegar a la suya. Había mucha gente en la calle, y luciría raro que él saliera conmigo, aunque, supongo que sus vecinos estaban acostumbrados a verlo llegar con diferentes chicas, pero yo sabía que lucía muy pequeña (tanto en edad y estatura) a su lado.

Parecía no importarle nada esto, así que bajo del carro con apresuro y abrió mi puerta. Me acerqué a la puerta de su casa y espere a que abriera la puerta para poder entrar. Una vez ambos entramos y él dejo las bolsas de lo que compramos en la sala, me tomó en sus brazos y me cargó a lo que creía era su habitación.

Ni siquiera pude husmear un poco en su casa, aunque lucía muy linda y poco amueblada, supongo que era nueva, por eso la falta de muebles. Me llevó hasta su habitación, dejándome sobre su cama, con cuidado. Recargué mis codos sobre esta, para no quedar completamente recostada y ver qué haría. Quitó su playera, dejándome a la vista su perfecto cuerpo trabajado. Estoy segura de que abrí la boca de la sorpresa, las chicas no bromeaban con que se veía mejor sin playera.

Terminó de desnudar su torso y se acercó a mí, mirándome con unos ojos que decían deseo. Había quedado muy cerca del borde, así que le fue fácil ver por debajo de mi vestido. Mis piernas se mantenían dobladas y cerradas, pero Johnny quería ver más, y no me quejaré de lo que venga a continuación.

Subió un poco mi vestido, dejándolo mal acomodado sobre mi regazo. Antes de abrir mis piernas, sobó delicadamente mis muslos, dejando esa parte de mi piel tan sensible que me hizo erizar y soltar un pequeño gemido, ya me tiene así y no ha hecho nada.

Abrió mis piernas con desespero, mirándome antes de hacer cualquier cosa, supongo esperaba por mi consentimiento. Asentí, cada vez más excitada con lo poco que me había hecho. Sentí uno de sus dedos sobar aquella parte que cada vez se sentía más sensible, aún por encima de la tela de mis bragas, generando presión y haciéndome estremecer. Traté de cerrar mis piernas, pero con tan solo escuchar un "quieta" que sonaba tan fuerte e imponente, no volví a intentarlo.

Jugó rápidamente con el resorte de mis bragas y termino por quitarlas y lanzarlas a algún lado de su gran habitación. Ahora su dedo jugaba con la piel desnuda del interior de mis muslos, acercándose cada vez más a mi centro, hasta que lo sentí tocarme y un gemido salió de mi boca. Él sonrió por lo que escuchaba y se atrevió a meter un dedo.

La sensación fue... algo extraña, por no decir más. Jamás había tenido sexo, así que no sé qué es lo que debería sentir, o cómo reaccionar o que hacer incluso. Abrí la boca por la sorpresa de sentir su dedo dentro de mí, viéndolo y esperando que me mire. Unos segundos después, me miró, riendo por la expresión en mi cara.


-¿Nunca habías hecho esto? –pregunto con calma, pero empezando a mover su dedo-


Traté de cerrar mis piernas ante la extraña sensación, pero le contesté como pude.


-Crees que si lo hubiera hecho, ¿estaría así? –mí voz salía entrecortada, el movimiento y la sensación nublaron mis pensamientos y aceleraron mi respiración-

-Empezamos bien entonces –sonrío, ahora metiendo otro dedo más, haciéndome gritar de por medio- ya sabrás que es lo que necesitas para sentirte en las nubes, y yo me encargaré de dártelo.


Esas palabras llegaron a mi corazón y como si pudiera verlo, se marcaron dentro de él. Sentí como mi cara se sonrojo, pero no sé si era por la excitación o por esas palabras, una combinación de ambas seguramente.

lovesick | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora