16.

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Mark terminó por quedarse en mi casa, y no sería la primera vez que lo hacía. Era algo normal para nosotros dormir en la misma cama, no presentaba un problema y me parecía un buen compañero para dormir.

Tuvimos una pequeña plática antes de dormir, pero la verdad es que no podía conciliar el sueño. Me sentía cansada, pero no lograba encontrar una posición cómoda para dormir. Me quedé acostada boca arriba, mirando el techo, esperando por el momento en el que el sueño me venciera.

No paso y sinceramente comenzaba a molestarme no poder dormir. Mire en dirección a Mark, el si parecía estar dormido. Me quedé mirándolo un rato, hasta que sus ojos se abrieron y miraron directamente a los míos.


-Supongo que no soy el único que no puede dormir -dijo, en un tono bajo-

-Supones bien...


No decíamos nada, solo nos mirábamos. Sentí una extraña necesidad de acercarme a él y abrazarlo, nunca había sentido algo así por él.

¿Sonara raro si te pido que me abraces?

Preferí guardar aquel extraño capricho en mis pensamientos, la situación, aunque, parecía ameritarlo, no me parecía la correcta, talvez después lo haga, si me atrevo.


-¿Que hacemos para lograr dormirnos?

-Nunca he sido buena para vencer el insomnio... no tengo idea -solté una pequeña risita, que luego el replico-

-Bueno... por ahí leí que sueles dormir mejor y mas rápido cuando tienes cerca a una persona que quieres, ¿te molestaría estar mas cerca de mi?


Parecía que se había metido a mi cabeza y saco ese capricho que había tratado de olvidar, y sinceramente, lo creo capaz.


-¿Porque no? -sonreí-


Para que el pudiera abrazarme, el brazo que quedaba de mi lado, lo estiro y pude acomodarme entre sus brazos, siendo recibida por el abrazo que había pensado en pedirle. Suspiré, sintiéndome tranquila y protegida, era una sensación que si bien, he experimentado, nunca la había sentido de esta manera con él. Mi corazón latía tan fuerte que saldría de mi pecho en algún momento. La sensación de mariposas en mi estómago no tardo en aparecer, y se volvían más grandes cada vez que acariciaba mi pelo.

Acomodé mi cabeza en su pecho y pude escuchar su corazón latir tan fuerte como el mío, supongo que no soy la única que siente algo diferente ahora.

Voltee a verlo, encantándome con que él ya estaba mirándome, quien sabe desde hace cuanto. Esos ojos que ya me habían visto un millón de veces, esos ojos grandes y negros tan expresivos que ya había aprendido a leer. Sus ojos eran como un universo, tan grande y brillante que iluminaban mi rostro cada que me miraba fijamente.

Sentí mi corazón latir con aún mas fuerza y las mariposas crecer dentro de mi estómago. No era una sensación rara para mi, pero nunca la había experimentado con él.

Mis ojos lo seguían viendo, aunque me sentía nerviosa de tenerlo tan cerca. Su respiración prácticamente se había mezclado con la mía de lo cerca que estábamos. Sus ojos seguían mirándome, aunque de repente bajan a mis labios.

Había una pequeña y ridícula distancia que nos separaba y tenerlo asi de cerca, me hacia pensar en terminarla... aunque me contuve a hacerlo.

Nunca paro de acariciar mi pelo, y me gustaba sentirlo, me brindaba cierta protección y el momento se volvía mas íntimo con ello.

lovesick | NCTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora