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Los gemidos en la habitación eran tan altos que si alguien los escuchara, llamaría a la policía inmediatamente. Porque Jungkook y Jimin estaban en la habitación haciendo el amor.

Jeon perdió todo su autocontrol cuando llegaron del campamento, ni siquiera le dio tiempo a decir nada cuando de esa bonita boquita que está entreabierta rogando por más, salieron las palabras le dijeron que sea su alfa. Jamás en todos sus años de soltería Jeon Jungkook espero que eso llegará a pasar. Su mundo era solo sumergirse en el trabajo, llegar y tomar una copa de vino mientras veía una serie de televisión o leía un libro. Todo para el alfa fue costumbre estar en su soledad. Recordaron que el amor no merecía la pena y que nunca encontraría a un omega que le amara como es y no por su dinero y estatus social.

Sin embargo cuando llegó Jimin supo que era un tornado apunto de destruir su amado sistema y vaya que pasó de esa manera, porque ahora embiste a ese pequeño pelinegro con tanta fuerza que Jimin se retuerce ante ello.

Su cabello empapado de sudor, su cuello cubierto de chupones y sus manos siendo tomadas por el alfa para una firme penetración. El chapoteo exquisito ante sus embistes y el glorioso placer de presenciar a su omega rogar por más. Parecía no tener fin lo que hacen. La mañana se les hizo tarde y no paraban de hacer el amor en toda la habitación. ¿Aún había un sitio donde no lo hayan hecho? Tal vez el baño por ahora, aunque no lo descartan.

Tener a su omega en cuatro, dejando sus marcas de manos en sus nalgas cumplió una de sus más oscuras fantasías del alfa Jeon. Quién le viera pensara que es un santo que no sabría cómo hacer gozar a una mujer o un hombre, pero Jungkook no era un santo y sabe bien lo que hace. Sabe las posiciones que hacen disfrutar a un omega, sabe lo bueno que puede ser dar en aquellos puntos de placer en una pareja, lo estudió bien, y ahora los ponía en práctica con su omega.

Jimin lo comprueba, Jungkook le está haciendo el mejor sexo de toda su jodida vida. Le hizo gritar, venirse tantas veces como le fue posible, parecía fuente. Aunque no se quejaba, era una forma de arte de cada posición en la que lo disfrutaba. Jungkook tenía un pene grande y ancho que llega a su punto más delicioso sin siquiera esforzarse en encontrarlo.

Es un alfa dominante que ahora lo tiene saltando sobre sus piernas mientras le muerde sus sensibles pezones. Joder, esto si quera la maldita galaxia. Se contraía en cada salto, disfrutando, delirando por este buen sexo que su alfa le otorgaba. Sus manos grandes posadas en su cintura, sus piernas temblando cuál gelatina.

Ser tomado por su alfa fue una maravilla. ¿Cuántas veces lo han hecho? Jimin ya perdió la cuenta. Tener un hombre que le haga tantas cosas en pocos movimientos era como ver un porno. Por la luna, esto era delicioso. Jungkook lo tomó de vuelta, colocando su cuerpo sobre la cama para mirarlo. Besa su boca y comienza a penetrarlo ruda y profunda.

Jungkook no quería parar sino es porque recordó que tenía una cena pendiente, pero al regresar volverá a tomar a ese lindo pelinegro toda la noche o madrugada si es posible. Siguió embistiendo más y más rápido hasta que por fin se corrió dentro del omega. Dejó salir todo ese espeso semen que ha llenado al omega desde hace unas buenas horas. Jungkook le besa delicadamente, se acuesta a su lado para acurrucarse contra su lindo omega, quien se recupera del delicioso orgasmo, con los espasmos recorriendo su cuerpo y su piel sudada.

—Waoo... sabía por teorías que los alfas de plata son muy resistentes, pero no sabía cuánto. Ya no siento las piernas y mi lobo incluso está agotado. —le dice Jimin en un susurro.

Jungkook lo abraza besando sus dulces labios rotos.

—Tal vez tengas razón, pero ese no es todo mi aguante. Ahora solo tú estás en celo, pero cuando yo lo esté, es probable que no te deje salir de esta cama por lo los próximos cuatro días.

𝗦𝗼𝗹𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗧𝘂́ 🤖*𝗸.𝗺Donde viven las historias. Descúbrelo ahora