Jimin se alistaba para salir, hacía un poco de frío por la reciente llegada de diciembre. Pasaron los meses volando para él. Aunque no se arrepentía de estar en japón con su alfa, todo era maravilloso. Tomó su abrigo más calientito y se lo puso, subió su pantalón aunque ya no se cerraba bien.
Su vientre era inmenso. Ya tenía 8 meses, casi llegando a los 9. Le daba cierta emoción saber que pronto tendría entre sus brazos a su cachorro. Bueno, aún no sabía si sería niña o niño, Jungkook y él no han querido saberlo todavía.
Quieren esperar a que de a luz para saber el sexo del bebé.
Durante los meses que se mudaron aquí. Habían pasado muchas cosas. Entre ellos está la nueva empresa para la que su novio está trabajando. Después del escándalo que hubo en Corea. Mudarse y empezar de cero fue lo mejor para ellos. Ahora su alfa tiene un trabajo importante en Japón, aunque aún le quedaban muchas dudas sobre si dejaría que su abuelo y su hermanastro se salieran con la suya.
Eso le molestaba demasiado a Jimin. Quería que el trabajo de alfa fuera recompensado, sin embargo su alfa le dijo que todo a su tiempo y tal vez tenía razón. El karma siempre llega.
Jimin salió de su casa, luciendo acogedor. El chófer lo esperaba afuera, con la puerta del auto abierta.
—Buenos días, señor Jeon. —dijo el chófer.
—Buenos días. Por favor llévame a la empresa de mi alfa.
—Claro que sí.
Jimin sonrió y se sentó en el asiento trasero. Mientras el auto se ponía en marcha, Jimin acariciaba suavemente su vientre, donde su pequeño cachorro daba pataditas.
—¿Estás emocionado por ver a tu papi verdad mi pequeño? —preguntó Jimin, sonriendo.
Cuando no estaba Jungkook en casa su hijo no le patea tanto, pero cuando llega, parecía que quería salir de su barriga y correr a donde su padre. Cuando nazca seguro que no lo dejará en paz.
Soltó una tierna risa al imaginar eso.
El auto avanzaba suavemente por las calles de la ciudad de japón, llevándolo hacia el edificio de la empresa de Jungkook. Es un lugar enorme y elegante. El primer día que lo trajo noto que le tenían demasiado respeto. Le pareció extraño ya que era otro empleado más. Conoció a jefa la cual era una mujer omega, lo que sorprendió a Jimin, ya que siempre esas empresas las manejan los alfas y betas, jamás una omega. Por eso le sorprendió.
Era buena persona. Le dio la bienvenida a su alfa y desde entonces la ve poco. Casi no estaba en Japón. Su hermano Nam también empezó a trabajar ahí y Hoseok igual. Renunciaron a la empresa Jeon después de que Kinju tomara el mando.
Jamás traicionaron a su alfa. Hoseok viene de vez en cuando a Japón y Namjoon sigue en Nueva York.
Al llegar, el chófer abrió la puerta y Jimin bajó. Varios empleados lo saludaron con respeto.
—Buenos días, señor Jeon.
—Hola, buenos días. —le dice Jimi.
Le gustaba que le dijeran señor Jeon, aunque todavía no son esposos. Esperaba que en algún momento Jungkook se animará y le propusiera matrimonio. Amara decirle que si.
Jimin les sonrió y avanzó hacia la oficina de Jungkook. La puerta estaba cerrada, pero al abrirse, reveló a Jungkook sentado en su silla, concentrado en su trabajo.
Joder, se miraba tan atractivo con esa camisa gris ceñida a su fuerte cuerpo y esos lentes que le hacen ver tan Daddy. Lastima que ya no pueden tener cuchiplanche, sino, lo follaba ahí mismo. No es que no lo haya hecho, eran traviesos.
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𝗦𝗼𝗹𝗮𝗺𝗲𝗻𝘁𝗲 𝗧𝘂́ 🤖*𝗸.𝗺
Romance𝗼𝗺𝗲𝗴𝗮𝘃𝗲𝗿𝘀𝗲 Jeon se considera un hombre tranquilo, quien siempre llega de trabajar y hace una rutina que consiste en, quitar sus zapatos, aflojar su corbata, quitar su camisa y darse un baño para luego cenar y ver trabajo mientras lo hace...