Cap 09|Transitivo.

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(Resubido)

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(Resubido)

Oscuro y tenebroso, son las palabras exactas para describir lo más profundo de mi conciencia. Un lugar que nunca conocerá la luz, donde coexisten el insaciable sed de poder y la maldad inherente que existe desde mi concepción prematura, ambos representados por figuras hechas a la semejanza de mí apariencia. Ellos siempre me observan y yo los observo a ellos, ninguno confiaba en el otro a pesar de ser la misma persona.

Hace mucho tiempo que no he visto mí imagen de once años, y ahora el niño huérfano de traje gris está parado enfrente mío... Se sintió como si me mirará al espejo, empero el reflejo que me devuelve es mí apariencia de once años, aunque han pasado cuatro años desde que tuve esa apariencia para ser más exacto. No es la primera vez que él se manifiesta en holograma, de hecho lo hace muy de seguido, constantemente diciéndome cosas aleatorias; cosas extrañas que parecen un recuerdo que se me ha olvidado, pero que a él no se le ha borrado.

—Esperaba que ya pudieras romper el hechizo, sin embargo veo que sigues muy ciego, Tom —Sus ojos oscuros y voz fría denotaban aburrimiento, nada inusual en el apático niño.

Unas de mis cejas se levantaron a modo de  duda e incógnita. Al Tom Riddle de once años le gustaba hablar en acertijos.

Una lenta sonrisa burlona se dibujó en sus labios, agotando así con la minúscula paciencia que poseo. En ese instante, me lancé sobre el niño con la intención de asfixiarlo, empero mis manos nunca pudieron tocarlo, su figura se transparentó, se hizo intangible. Olvidé que solo es un holograma hecha por mi perturbada psique.

Inhale profundo y apreté con rabia mis puños, me límite a observar. Era absurdo lo rápido que he caído en sus provocaciones, mas verlo a él es recordar al orfanato muggle.

—Un día estaba pacíficamente deshojando margaritas, mutilandole las alas a unas mariposas hasta que una niña de peculiar cabellos rizados me ordenó detenerme —Con forme iba describiendo las imágenes de las mariposas sin alas se proyectaron fugazmente en mi mente—. Desde ese momento la odié  —Sentenció con rencor, y por primera vez cambio su estoico rostro al odio puro—, ella me dijo un montón de cosas, mientras eso yo solo la imaginaba llorando de pánico. Sentí unas ganas de romperla, empero ella era muy difícil de atrapar, se me escurría como agua en las manos. —Finalizó, y aunque mantuvo la mayor parte de las emociones controladas, se le notaba furioso y frustrado, aunque hubo otra emoción que no supe cómo interpretar.

No esperaba que me contara algo como esto, confieso que —para mi sorpresa— me intriga saber más. Por lo que le presté minuciosa atención.

—Ella tenía una extraña habilidad de hacerme sentir muchas cosas... —Hizo una pausa considerando algo, con actitud reflexiva añadió:— Ella es muchísimo más interesante que tortura a esos imbécil o mutilar animales... De pronto me di cuenta de era mí afición favorita.

𝙇𝙊𝙑𝙀 𝙄𝙉 𝙋𝙎𝙔𝘾𝙃𝙊𝙎𝙄𝙎 | 𝐓𝐎𝐌𝐈𝐎𝐍𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora