Cap 15|Muerte y Petrificados.

52 9 13
                                    

—Este es el libro que me habías pedido, mí señor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Este es el libro que me habías pedido, mí señor.

Abraxas Malfoy extendió el libro de pasta vieja y desviado negro, apenas mis dedos tocaron el encuadernado sintieron la magia oscura, esa energía peligrosa y macabra que me exitaba hasta la locura, con un ímpetu que no podía describir con palabras, simplemente podía expresarlo a través de la magia.

—Muy bien Abraxas, eres indultado por tu gravísima falla —dije bruscamente—. Sin embargo, creo que la señorita Dagworth-Granger no te dejará en paz —levanté la mirada del libro y los fijé en los gélidos ojos grises de Malfoy.

—Sí... Dagworth-Granger es bastante molesta —Su ceño se frunció profundamente al pensar en la Gryffindor.

Con movimiento de varita guardé el libro en el baúl con un complejo encantamiento de seguridad.

—Si no eres lo suficientemente astuto, ella sabrá que le estás mintiendo —Advertí con tono severo.

Malfoy gruñó apretando los puños de la ira, él sabía que seguía en problemas a pesar de que le he dicho que fue indultado de su castigo, pero eso significaba que debía desactivar la alarma de sospecha de Dagworth-Granger, lo cual no sería fácil.

—Ya veré cómo. —Fue su única respuesta.

Dejé de prestarle atención a Malfoy y vuelco toda mí atención en el ensayo de pociones que se entregaría dentro de dos semanas, me encantaba tenerlo todo anticipadamente porque de esa manera podría realizar la búsqueda de mis verdaderas intenciones; Horrocrux. En realidad no era un tema que desconocía, al contrario, ya lo conocía lo suficientemente como para hacer el primer paso, simplemente quería consultar otros libros que me podrían ser útiles a la hora de realizar uno.

—Mí señor... —llamó dubitativo— ¿Qué es lo que desea de Dagworth-Granger? Quiero decir, esa noche en que nos fuimos al bosque prohibido ella parecía en confianza con usted.

Ágilmente la pluma se deslizó sobre el pergamino sin una sola mancha de tinta, tracé una línea horizontal y de bajo de esa línea escribí firma, para luego secarlo todo y enrollar el pergamino, había terminado mi ensayo. Sin apurarme dejé todo a su lugar y una vez de que haya ordenada perfectamente todo, le respondí al expectante rubio.

—Es una pregunta curiosa —entre cierro los ojos—, ¿es eso lo que te ha quitado el sueño? —interrogué suspicazmente.

—Por supuesto que no mí señor —Se apresuró en aclarar—. Es solo que pensamos en que necesita algo de Dagworth-Granger, y pensamos de que nosotros podíamos ofrecerle más rápido. —Abraxas habló con mucho cuidado, porque si fallaba en sus palabras él sabía que lo castigaría.

—Sé a dónde pretendes llegar, Abraxas. ¿Por lo que ocurrió en el bosque prohibido, cierto? —Indiqué con expresión más fría de lo que imaginé—. Sí me mientes, lo sabré de inmediato.

𝙇𝙊𝙑𝙀 𝙄𝙉 𝙋𝙎𝙔𝘾𝙃𝙊𝙎𝙄𝙎 | 𝐓𝐎𝐌𝐈𝐎𝐍𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora