Cap 16|Interludio

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En mí regazo descansaba el libro de Pociones que le pertenecía a mi tío Héctor, él decía que eran deficientes los libros actuales incluidos en el plan de estudios de Hogwarts, por lo que me dio sus propias recetas, era increíble sus habilidades en esa materia, habilidades que yo no he heredado del todo. Pensé en las cosas que han ocurrido en este punto de la historia, y fue inevitable no pensar en Tom. Desde que llegué a Hogwarts siempre estuve sola, traté de hacer amistades pero nunca puede encajar con nadie, todos median que era una insoportable sabelotodo, aguardé la esperanza de hacer amistades con algún Hufflepuff o Ravenclaw —ya que en Gryffindor no pude y los Slytherin son inaccesible— pero no se pudo… Para mí tercer año me había cansado de intentarlo, simplemente me rendí. Entonces para mí fue algo muy sorprendente que de la nada la persona más inesperada de todas fuera con quién más tiempo he pasado en el transcurso de este año.

—Hola señorita Dagworth-Granger —dijo Billy Cole. Era un Gryffindor del primer año, Cole había sufrido una terrible caída desde una escoba a gran altura, fue una sorpresa que haya vuelto a caminar.

—¿Necesitas algo, Cole? —Ofrecí en un tono suave, pues él era bastante tímido y asustadizo.

—Yo… Yo quería agradecerle por todas las molestias que la hice pasar… —Billy titubeó sin poder mirarme por culpa de su timidez.

—No tienes porque agradecer, después todo es mi deber como prefecta —respondí haciendo un ademan restándole importancia—, espero que puedas recuperarte pronto.

Billy Cole agradeció varias veces antes de irse, la verdad me hubiera gustado ser más expresiva con el chico, decirle que yo podría ser su amiga pero… no pude. Tanto tiempo pasando sola me había hecho un poco incapaz de abrirme, más seca y cortante a la hora de entablar una charla, quizás hace un parde años esto hubiera funcionado rápido, sin embargo ya me había acostumbrado a estar sola.

No podía quejarme de mí vida, tengo a mis tíos que me aman y me dan todo lo que necesito, asisto a uno de los mejores colegios de magia y hechicería, además de ser considerada una de las brujas más prometedoras de la época… Miré como un grupo de amigos que se divertían jugando gobstones y un vacío se instaló en mí pecho, porque en el fondo sentía tanta envidia por no tener con quién charlar, solo soy yo unos montones de libros.

—¡Basta Hermione! —Molesta me limpié con la manga de mi suéter las lágrimas que picaban por derramarse de mis ojos.

Estaba tan enfrascada en mis pensamientos deprimentes de que no me percaté que alguien estaba detrás de mí, solo sentí que alguien me empujaba con fuerza, me caí bruscamente golpeando mi hombro en el proceso.

—¡Ay, pero lo siento! —Una voz chillona e irritante dijo con fingida inocencia.

Me di la vuelta y recogí mis libros rápidamente, eran muchos y sus hojas algunos se desprendieron volando por todos lados, una de las hojas estaba debajo del pie de alguien. Levanté la mirada y vi el símbolo de Slytherin. Walburga Black me observaba desde su posición con una sonrisa arrogante.

—Permiso, estás pisando mí hoja —Manifesté en un tono educado pero con el ceño fruncido. Black era alguien que no me agradaba de todo y conocía muy bien su carácter belicoso.

—Perdóname —Ella sonrió burlonamente y restregó sus pies sobre mí hoja, lo alzó y me lo entregó.

Parpadeé varias veces viendo como mí ensayo de encantamiento fue destruido por la bruja de carácter incordiante, alterné la mirada entre su rostro y la hoja dañada sintiendo como mí furia crecía silenciosamente.

—Arregla eso, Black. —Hablé con tono frío y la mirada fija en la otra bruja.

—¿Y si no quiero? —Walburga batió sus pestañas y sus labios dibujaron una sonrisa de medio lado.

𝙇𝙊𝙑𝙀 𝙄𝙉 𝙋𝙎𝙔𝘾𝙃𝙊𝙎𝙄𝙎 | 𝐓𝐎𝐌𝐈𝐎𝐍𝐄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora