Cap#27- La Mariposa Monarca

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                                                                                             ~Amaia~

Después de un rato en el café, Noah y yo decidimos dar un paseo por el parque cercano. La noche estaba tranquila y la brisa fresca ayudaba a despejar nuestras mentes. Caminábamos de la mano, disfrutando de la compañía del otro en silencio. Las luces de las farolas iluminaban suavemente el sendero, creando un ambiente casi mágico.

Nos detuvimos en un pequeño puente que cruzaba un arroyo. El sonido del agua corriendo era relajante, y nos apoyamos en la barandilla, mirando las estrellas reflejadas en el agua.

- Amaia, quiero decirte algo - dijo Noah, rompiendo el silencio. Su voz era suave y llena de emoción.

Me giré para mirarlo, curiosa por lo que tenía en mente.

- ¿Qué pasa, Noah?

Él tomó mis manos entre las suyas, mirándome a los ojos con una intensidad que hizo que mi corazón latiera más rápido.

- A veces, cuando te veo, pienso en las mariposas monarca - comenzó, su voz apenas un susurro en la quietud de la noche.

- ¿Mariposas monarca? - pregunté, sorprendida y un poco confundida por la comparación.

Noah asintió, una sonrisa tierna curvando sus labios.

- Sí, las mariposas monarca. Son criaturas increíbles. Pasan por una transformación asombrosa, enfrentan un viaje largo y peligroso, pero siempre encuentran el camino de regreso a casa. Son fuertes, resilientes y hermosas, tanto por dentro como por fuera.

Sentí que mis ojos se llenaban de lágrimas, conmovida por sus palabras.

- Noah, eso es hermoso, pero no sé si merezco esa comparación...

- Claro que sí, Amaia - interrumpió, apretando mis manos con más fuerza. - Has pasado por tanto y aún así, aquí estás, enfrentando cada desafío con valentía. No te dejas vencer, sigues adelante. Eres fuerte, resiliente y hermosa, igual que una mariposa monarca.

Las lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas, pero esta vez no eran de tristeza. Eran lágrimas de gratitud y amor por el hombre que estaba a mi lado.

- Gracias, Noah. No sabes cuánto significan tus palabras para mí - dije, mi voz quebrándose.

- No tienes que agradecerme, Amaia. Solo quiero que sepas lo increíble que eres - dijo Noah, inclinándose hacia mí.

Nuestros labios se encontraron en un beso suave y lleno de amor. Sentí cómo el mundo se desvanecía a nuestro alrededor, dejando solo la calidez y la conexión que compartíamos. Cuando finalmente nos separamos, apoyé mi frente contra la suya, disfrutando del momento de cercanía.

- Prometo que siempre estaré aquí para ti, mariposa - susurró Noah. - Pase lo que pase, enfrentaré el viaje a tu lado.

- Y yo siempre estaré a tu lado - respondí, sintiendo una fuerza renovada en mi interior.

Nos quedamos allí, en el puente, abrazados bajo la luz de las estrellas. En ese momento, sentí que podía enfrentar cualquier cosa, sabiendo que tenía a Noah a mi lado. La comparación con la mariposa monarca me dio una nueva perspectiva sobre mi vida y mi fuerza interior.

- ¿Sabes? Las mariposas monarca tienen una migración increíble - continuó Noah, su voz reverberando con entusiasmo. - Viajan miles de kilómetros desde Canadá hasta México. Enfrentan tormentas, depredadores, y el agotamiento, pero siguen adelante. Porque tienen un destino al que llegar, un propósito.

Me quedé pensando en sus palabras. Esa migración resonaba profundamente en mí. Mi vida había sido una serie de desafíos y obstáculos, pero también de momentos de belleza y triunfo. Quizás, como las mariposas, también tenía un destino al que llegar, una razón para seguir adelante a pesar de las dificultades.

- Nunca lo había visto así - dije, más para mí misma que para Noah. - Tal vez todo lo que he pasado me ha preparado para algo más grande.

- Exactamente - dijo Noah, con una calidez en sus ojos que me hizo sentir amada y comprendida. - Cada experiencia, buena o mala, te ha hecho la persona que eres hoy. Una persona increíble, fuerte y llena de amor.

Nos sentamos en un banco cercano, todavía de la mano. La noche estaba en su apogeo, las estrellas brillando como pequeñas luces de esperanza en el cielo oscuro. El parque estaba casi desierto, dándonos un momento de privacidad en medio de la ciudad.

- Recuerdo la primera vez que vi una mariposa monarca - dijo Noah, rompiendo el silencio. - Era un niño y estaba en el jardín de mi abuela. Me fascinó su belleza y su fragilidad aparente. Pero cuando aprendí sobre su viaje, supe que era más fuerte de lo que parecía.

Me apoyé en su hombro, sintiendo su calor y su apoyo inquebrantable.

- Me gusta esa analogía - admití. - Me da esperanza.

- Y deberías tener esperanza, Amaia. Eres más fuerte de lo que crees, y tienes todo lo que necesitas para superar cualquier cosa.

Nos quedamos en silencio de nuevo, disfrutando de la tranquilidad del parque. Sentí que en ese momento, todo estaba bien en el mundo. Tenía a Noah, tenía esperanza y tenía la fuerza para seguir adelante.

Después de un rato, Noah se levantó y me extendió la mano.

- Vamos, Mariposa. El viaje continúa - dijo, con una sonrisa.

Sonreí, tomando su mano y levantándome. Caminamos de regreso por el sendero, hacia el Café donde habíamos dejado nuestras cosas. El aire fresco de la noche llenaba mis pulmones, y me sentí revitalizada, lista para enfrentar lo que viniera.

Cuando regresamos al café, nos sentamos de nuevo en nuestra mesa habitual. Pedimos un par de pasteles para compartir y continuamos hablando, riendo y soñando juntos. La noche avanzaba, pero no sentíamos el paso del tiempo. Estábamos perdidos en nuestro pequeño mundo, apoyándonos mutuamente y construyendo un futuro juntos.

A medida que las horas pasaban, me di cuenta de que la comparación de Noah no solo era hermosa, sino también acertada. Mi vida había sido una serie de transformaciones y migraciones, llenas de desafíos y momentos de belleza. Y como una mariposa monarca, siempre encontraba el camino de regreso a casa, a donde pertenecía.

Cuando finalmente decidimos regresar a casa, sentí una paz interior que no había sentido en mucho tiempo. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero con Noah a mi lado, estaba lista para enfrentar cualquier cosa. 

Esa noche, mientras me acurrucaba en la cama, pensé en todo lo que había pasado. Desde la reconciliación con mi madre hasta la profunda conversación con Noah. Sentí que había dado un gran paso hacia la sanación y la aceptación de mi pasado. Y supe que, como una mariposa monarca, estaba lista para continuar mi viaje, sin importar los desafíos que enfrentara.

Cerré los ojos, dejando que el sueño me llevara, sabiendo que tenía la fuerza y el amor necesarios para seguir adelante. Y con Noah a mi lado, no tenía ninguna duda de que nuestro futuro estaría lleno de esperanza y posibilidades.

Con esta comparación y la conversación en el "Café 24 Horas", Noah y yo habíamos encontrado una nueva forma de entendernos y apoyarnos mutuamente. La noche había sido un recordatorio de que, no importa cuán difíciles sean los desafíos que enfrentemos, siempre podemos encontrar la manera de superarlos. Juntos, como una mariposa monarca, siempre encontraríamos nuestro camino de regreso a casa.

MARIPOSA- La luz de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora