Cap#31: Desesperación

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                                                                                        ~Noah~

La oscuridad lo envolvía todo cuando regresaba a casa esa noche. La carretera estaba desierta, apenas iluminada por los faros de mi auto. No esperaba encontrarme con nada fuera de lo común después de nuestra reunión con Emma y Amaia, pero al doblar la esquina, me encontré con una escena que heló mi sangre.

Varios vehículos bloqueaban el camino. Reconocí de inmediato uno de ellos como el de Caín. Mi corazón comenzó a latir con fuerza mientras mi mente intentaba procesar lo que estaba sucediendo. Sin tiempo para reaccionar, fui arrancado brutalmente de mi auto por un grupo de hombres, entre ellos Caín.

Me lanzaron al suelo con violencia, y antes de que pudiera recuperarme, los golpes comenzaron a llover sobre mí. Sentí el dolor agudo de cada golpe, pero me negué a ceder ante el miedo y la desesperación. Caín se acercó a mí con furia contenida, su rostro iluminado por la luz de la luna.

—¿Qué planeabas, Noah? —su voz era un susurro peligroso lleno de rabia—. Pensaste que podías jugar conmigo, ¿verdad?

Respiré profundamente, tratando de mantener la compostura a pesar del dolor creciente.

—No sé de qué estás hablando, Caín —dije, mi voz temblorosa pero firme.

Caín me miró con desprecio, su mano apretando mi cuello con fuerza.

—Lo descubrimos todo. Tus planes, tus alianzas. No pensé que fueras tan estúpido como para creer que podrías engañarme.

Los hombres que me rodeaban continuaron golpeándome, cada golpe resonando en mi cuerpo como un eco sordo. Cerré los ojos con fuerza, concentrándome en bloquear el dolor.

—No diré nada —susurré entre dientes—. Puedes golpearme todo lo que quieras, pero no hablaré.

Caín soltó una risa cruel y me lanzaron al suelo otra vez. Sentí el impacto contra mi cuerpo ya adolorido. El suelo helado contra mi piel me recordó lo vulnerable que era en ese momento.

—Ya veremos —murmuró Caín con una sonrisa siniestra.

El grupo me arrastró hacia uno de los vehículos y me metieron adentro, dejándome allí, herido y desorientado. La última imagen que vi antes de perder la conciencia fue el rostro de Caín, lleno de triunfo y maldad.

Cuando desperté, estaba debajo de un puente abandonado, envuelto en la oscuridad. Mi cuerpo dolía en cada fibra. Me costaba respirar y el dolor me recordaba constantemente lo que había pasado. Intenté moverme, pero cada movimiento era una agonía.

Me llevaron a un lugar remoto para asegurarse de que nadie me encontrara fácilmente. Mi auto, el mismo que había sido mi refugio durante tantos días, fue robado.

La oscuridad y el dolor me rodeaban, pero en mi mente solo había espacio para un pensamiento: proteger a Amaia, sin importar el costo.

                                                                     ~Amaia~

El sonido del teléfono rompió el silencio de la mañana, sacándome de un sueño inquieto. Miré el reloj junto a mi cama y vi que era temprano. El corazón me dio un vuelco cuando vi que era Nora, la madre de Noah, quien llamaba.

—Hola, Nora —dije, tratando de ocultar mi preocupación—. ¿Todo está bien?

Su voz temblorosa llegó al otro lado de la línea.

[Amaia, ¿has visto a Noah? No ha vuelto a casa desde anoche y estoy muy preocupada. No responde mis llamadas.]

Mis manos comenzaron a temblar mientras intentaba mantener la calma.

MARIPOSA- La luz de mis ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora