Piratas: Zefay

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Con dos monedas de oro en mis bolsillos y una copa de ron en mano, durante una larga noche, fue cuando el motín dio inicio. Mi amigo mi mano derecha fue aquel inicio aquel motín, no solo él a aquella a quien yo había otorgado las mejores joyas le acompañaba. Toda la tripulación se había vuelto en mi contra y todo por las palabras de una mujer. Sus embrujos causaron esto.

El viento resonaba como un fantasma furioso. Se me acusaba de varios crímenes que no recordaba haber cometido, y no culpa del ron. Porque sé que eso nunca ocurrió. Pero incluso cuando trate de defender o esclarecer sus acusaciones nadie parecía escucharme. Todos me miraban con odio y desprecio, y solo mostraban compasión a aquella bruja que fingía llorar. Ella lo había planeado estoy muy seguro de ello, pero, qué hay de mi amigo. Acaso el también cree sus mentirías o le abra hechizado de otra forma.

No pensaba quedarme para averiguar de qué lado se encontraría. Con todos apuntándome con espadas y sus pistolas. Yo había prohibido las armas de fuego al ser una forma nada honorable de arrebatar la vida a alguien, ya que no permitía una lucha justa. Pero aquellas reglas ya no tenían valor en aquella nave. _"El colmillo negro"_ así se llábana mi barco. No existía lugar ni sitio mejor que aquel barco en medio de un extenso océano.

Yo un capitán sin barco o tripulación quien había huido como un cobarde. Me refugie en tierra el único lugar donde sabría que ellos no podrían alcanzarme. Pues la muerte reclamaría sus vidas si alguno de ellos se atrevía a tocar tierra, esa regla me incluía a mí. Pero ese mismo embrujo era parte de mí, de un infierno, un trato que tuve que aceptar al convertirme en capitán. Pero la dama del mar fue aquella que se apiado de mí en mi exigencia por vivir, permitiéndome tocar tierra.

Las estrellas que antes iluminaban mi viaje en el mar, eran las únicas que permanecían a mi lado en aquella travesía por la tierra. Tenía que volver al mar, pero no podría hacerlo a menos que construyera un nuevo barco uno con madera viva, como me fue indicado por la dama del mar. Ahora era un grumete de nuevo uno que había perdido el timón. Y todo por culpa de una traición. 

Nueva tierra.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora