Nueva tierra.

Destino: Laida a Takashi

 Mis ancestros me lo habían ya revelado hace muchas lunas, a aquel que sería suyo mi amor. Aquello me impulsaba a seguir en aquella larga espera, al saber que en el momento y lugar específico le conocería.

Yo soy una gitana que no le gusta permanecer en un solo sitio, por lo que me gusta viajar con mis amigos a caballo o a pie. En mi caso es a pie porque les tengo miedo a los caballos, eran criaturas esplendidas y maravillosas pero podían saber con facilidad quien les temía.

No solo a ellos, a muchos animales les tengo miedo. Tampoco podía mirar a las mariposas sus alas y sus colores eran muy aterradores para mí. Sé que me escuchare como una niña pequeña cada vez que explico sobre porque les tengo miedo, pero no puedo evitarlo. Como también no puedo soportar sentirme encerrada o enjaulada cada vez que entro a una habitación, prefiriendo los espacios al aire libre. Aquello claro que dificultaba que pudiera brindar mis espectáculos de canto.

Pero no me importaba, yo prefería seguir fiel a mis principios. Así fue como me contrataron para presentarme en una festividad, un carnaval de máscaras. Aunque la paga fue en verdad muy generosa, lo que a mí más me llamo el interés fue la presencia de tantas criaturas tan maravillosas. Y sobre todo la presencia de él.

Yo lo sentía o algo dentro de mí me avisaba que le encontraría en ese lugar. No sabría explicarlo, pero era como si una canción resonara una y otra vez en mi cabeza. La canción con la que yo lo llamaría. Y así lo hice, claro que todos mis amigos se sorprendieron que cantara una canción nueva en ese lugar y no aquella que habíamos practicado. Pero mí voz así me lo pedía. Hasta que cruce mi mirada con él. Mi ángel. Sin duda alguna el destino me había llevado a ese sitio, la carta de la estrella me lo había avisado con anterioridad. Que él no pertenecería a la tierra si no a los cielos.