Cazador de dragones: Hipo

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 Desde que tengo memoria los dragones siempre se encargaron de destruir a todas las criaturas que consideraban inferiores a ellos, entre ellos los humanos. Drakon la especie de dragones sin la capacidad de ser humanos manteniendo la apariencia de unas enormes lagartijas eran a los que yo más odiaba. Siendo aquellos que destruyeron mi aldea, secuestrando a mi madre y matando a mi padre, dejándome solo. Viles criaturas que jure erradicar convirtiéndome en el primer cazador de dragones.

Usando las mimas armas que ellos usaban en nuestra contra construí herramientas que pudieran hacerles frente. Sus escamas, dientes, garras y veneno fueron mi materia prima para aniquilarlos. Eran fuertes por ello tenía que ser mucho más fuerte que ellos, más inteligente. Rastre a todos aquellos que fueron los causantes de la muerte de personas inocentes, documente todo lo que pude aprender de ellos sobre todo de sus debilidades nada podía pasar por alto. Un solo error podría cobrarme muy caro cerca de esos demonios.

Fueron tantas mis hazañas siendo reconocido. Fue durante esos años que yo fui llamado al reino al oeste donde una reina muy anciana mando a buscarme. Ella me había convocado con la intención de matar a un supuesto demonio, pero al explicarle que yo no sabía nada de demonios solo de dragones está molesta me corrió de sus tierras. No me importo su comportamiento aunque si me parecía raro que estuviera tan desesperada por matar a un demonio. Mara era el nombre de ese demonio y parecía conocerlo muy bien al darme una extensa lista de sus habilidades pero casi nada de sus debilidades. La pobre mujer parecía cargar un dolor que solo en sus ojos era visible. _Que pena no poder ayudarla_ pensé mientras me alejaba de ese reino.

Al norte conocí a un joven castaño era humano al igual que yo, nos convertimos en buenos amigos con ambiciones similares. Ambos queríamos cobrar venganza a dos especies distintas pero el si era mucho más temerario y ambicioso que yo, él le había jurado la guerra a los dioses y por un momento creí que lo lograría. Pero su arrogancia en algún momento le sería cobrada reclamando su vida. En verdad quería equivocarme pero mi suposición no fue errónea y lo peor de todo es que no pude estar a su lado cuando aquella tragedia ocurrió. En el lecho de su muerte jure proteger lo que el mas amaba, su familia, para ello tenía que desviarme más al este. A territorios que yo desconocía por completo, lejos del frio del norte o del desierto del oeste.

La magia ahí era tan evidente como respirar y aunque Jack me conto sobre ella. Era incluso más sorprenderte mirarlo en persona, yo sabía que él había sido maldito obligado a convertirse en un dragón. Al principio quería matarle pero después de comprender que aquello era innecesario acepte su nueva condición. Pero lo que no sabía era si su familia similar a él o serian humanos como yo. Para mi desconcierto eran dragones Drakoni para ser más específico. Su prometida era aquella que más me despertaba curiosidad, también una gran admiración. Solo espero que sea solo eso que estos no se conviertan en algo más complicado. 

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