Nueva tierra.

Antiguo Egipto: Janire y Damián

 En el antiguo Egipto, en tiempos donde la majestuosidad de los faraones dominaba las tierras fértiles del Nilo, vivía Janire, una joven de inigualable belleza que había sido concubina del faraón Ramsés. Durante años, Janire había servido en el palacio, uniendo su destino al del faraón, atrapada en una vida de lujos y restricciones.

Sin embargo, el destino de Janire cambiaría de manera radical con la llegada de Damián, un hombre enigmático y de apariencia misteriosa que había sido llamado a la corte para sustituir al faraón después de una guerra de estado. Damián no era un hombre común; él era la reencarnación de Anubis, el dios de la muerte y protector de las tumbas. Aunque su verdadera identidad estaba oculta a la mayoría, su sabiduría y poder eran evidentes para quienes lo rodeaban.

Damián asumió el poder como faraón suplente, trayendo consigo una era de justicia y prosperidad. Durante su reinado, conoció a Janire y, con el tiempo, sus destinos se entrelazaron de una manera que ninguno de los dos había imaginado. Janire encontró en Damián no solo un líder justo, sino también un alma afín que comprendía sus anhelos de libertad y aventura. Pues ambos tenían una larga historia de vidas reencarnadas. Siendo está tan solo su quinta reencarnación juntos siendo el destino tan caprichoso de unirlos y separarlos.

Con el nombramiento de un nuevo faraón de nombre Amenhotep, Damián decidió que su tiempo en el trono había llegado a su fin. Habiendo demostrado su valía y cumplido su propósito, preparó el camino para la sucesión de un nuevo faraón, un joven noble de gran corazón y espíritu, elegido por su virtud y capacidad para gobernar con sabiduría.

Finalmente, liberada de sus obligaciones como concubina y unida a Damián, Janire se convirtió en su compañera oficial. Juntos emprendieron un viaje, dejando atrás las arenas del desierto y las sombras de las pirámides. Como viajeros, exploraron el mundo, desde las tierras de Nubia hasta las grandes ciudades del Mediterráneo, llevando con ellos las historias y el legado del antiguo Egipto.

Dondequiera que fueran, Janire y Damián compartían su conocimiento, ayudando a otros y dejando una estela de cambio positivo a su paso. Su amor se fortaleció con cada nueva aventura, y aunque sus orígenes eran divinos y terrenales, juntos encontraron una libertad que jamás habrían imaginado.

Así, la historia de Janire, la ex concubina del faraón, y Damián, la reencarnación de Anubis, se convirtió en una leyenda de amor y transformación, una prueba de que, más allá de los roles impuestos por la vida, siempre existe la posibilidad de elegir un nuevo destino y crear una nueva realidad. Hasta que el mismo destino cobrara de nuevo sus vidas como la maldición que ambos tenían tomara acción a solo tres días después de que Janire recordara por completo a Damián y con ello sus vidas pasadas. Cayendo ambos a manos de la peste pero nunca separados uno del otro como fueron sus últimas peticiones.