Corona: Dalia (rencarnacion de Laida)

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Nací como hija ilegítima de una princesa humana y de un supuesto demonio, a diferencia de mi madre no fui condenada por herejía, les parecía más sencillo deshacerse de una bebe recién nacida que destruir toda una línea de sangre. Pero por obra de mi padre la criada no me mato por contrario me crio como suya, hasta que mi padre dijo que ya no le era útil se deshizo de ella. Que ridícula situación familiar me encontré viviendo una vez más y lo peor es que lo recuerdo todo, mis 106 vidas las recuerdo. No comprendía porque las mantenía, recuerdo con nitidez todas las veces que morí una tras otra como ilusiones, una más triste a la anterior.

Lo único que se mantenía era una madre ausente y un padre manipulador. Mis poderes por contrario a lo que tendría pensado no se mantenían, por cada vida una especie distinta o poder diferente. Solo dos veces logre tener mi cuerpo original una hibrido de un ángel y demonio. Y en ambas pedía, no corrijo, suplicaba que él me matara. Que estúpida fui, muy débil. A quien no recuerdo es aquel supuesto gran amor que lo hacía, siempre que parece que pudo pronunciar su nombre lo olvido, si tan solo lo recordara podría cambiar mi destino.

De nuevo en mi doceavo cumpleaños mi padre me busco con mi primera canción, la brecha podía abrirla con mi magia como era de esperarse. Con él esperándome al otro lado, siempre tan amigable al principio para luego volverse insoportable. Quiere salir, pero esta vez no puedo hacerlo, ya no soy la llave que el necesita tendría que esperar de nuevo a mi próxima reencarnación. Pero claro él no quería esperar y trato de erradicarme en sueños millones de veces, era agotador. En esta vida no era tan ingenua, mucho menos bondadosa solo lo aparentaba. Era más fácil estar oculta si me mostraba como alguien tonta.

Una guardería era la fachada del negocio que realizaba, nada más que tonterías. Ellos eran tan solo alimento y yo la encargada de cuidarlos. Aunque no niego que son lindos los niños siempre que no hagan ruido, el silencio por irónico que parezca era lo que más me gustaba ahora. Una bruja ahora es lo que soy, una hija ilegítima, una humana y una mujer insignificante pero no por mucho. Mi objetivo es recuperar la corona que por ley es mía, que acoso no era obvio que la tendría de vuelta. Un trato es lo que busco y así podría conseguir ambos lo que queremos. Yo mi corona y mi padre salir de su prisión aunque solo fuera momentáneamente. Un cuerpo resistente es lo que necesitaba y sin duda yo se lo entregaría, sé muy bien a quien entregarle. Él me ayudo a recordarlo. 

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